Venezuela aún no se recupera a un año del mega apagón

A principio de marzo del año pasado, casi todo el país se sumió en la oscuridad total.

Eran las 4:55 pm del 7 de marzo de 2019, y un apagón de gran magnitud dejó sin energía eléctrica a más del 80% de Venezuela. El origen de esta falla se dio por un problema en la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, ubicada en la Represa del Guri, en el estado Bolívar, al sur del país.

De inmediato, las comunicaciones, transacciones bancarias, servicios de hospital, transporte y otros, comenzaron a colapsar. Del mismo modo, se empezaron a ver saqueos a comercios. Este apagón duró seis días, pero recuperar el sistema para la mayor parte del país tardó más tiempo. Incluso, hay estados occidentales que ni siquiera se han recuperado totalmente de aquella catástrofe.

El estado Zulia es, al día de hoy, el más afectado por estos sucesos. Otras entidades como Mérida y Táchira también padecen apagones.

Para Celia Marcano fueron unos días de angustia completa ya que no podía realizar prácticamente ninguna actividad. “No podíamos comprar alimentos. En mi casa tenemos cocina eléctrica así que ni preparar algo se podía. Fue difícil porque las autoridades no dieron una respuesta más rápida y efectiva a lo que estaba pasando”, recordó Marcano.

Causas

Expertos en la materia ya habían advertido que un apagón de esa escala se podría generar por el descuido de todo el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Las declaraciones de algunos sindicalistas les valió ser arrestados por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y ser acusados de conspiración. La negativa de la administración del gobierno de Nicolás Maduro y el silenciar las críticas no evitaron lo que finalmente sucedió ese 7 de marzo.

Poco tiempo después, el oficialismo concluyó que el mega apagón fue por causa de un presunto sabotaje, pero cada historia que el ministro de comunicación Jorge Rodríguez declaraba, cobraba menos sentido cuando los expertos en la materia las contrastaban.

La izquierda aseguraba primero que el sistema del Guri había sido hackeado, pero técnicos y profesionales aseguraron que toda la red eléctrica opera fuera de línea por ser analógico y por tanto, un hackeo contra el SEN era imposible.

Luego, funcionarios alegaron que un francotirador había disparado contra las subestaciones, cosa que igual no tuvo sentido porque todas las estaciones de energía están militarizadas, así que un ataque no era posible de ejecutar en esas condiciones, y de hacerlo, los militares habrían podido capturar al atacante.

Menos era realizable usar un pulso electromagnético, debido a las alcabalas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en todo el trayecto hacia la represa. Alguna de ellas habría detectado ese material antes de que la llevasen a su objetivo.

Uno de los ingenieros eléctricos que había advertido esto era Winston Cabas, quien hoy se encuentra refugiado en Colombia.

Otros expertos del ramo aseguraron que el colapso del SEN viene desde los tiempos del expresidente Hugo Chávez, luego de impulsar la nacionalización del mismo y expulsar a la empresa privada en esa área.

Estas medidas hicieron que gran parte del personal cualificado renunciara e hicieran vida en otros países.

Colapso y consecuencias

Las consecuencias fueron de total alteración para los venezolanos. En el plano económico, la hiperinflación vio un freno notable en marzo porque prácticamente, la actividad comercial se detuvo por completo. Hay que recordar que a finales de ese mes en 2019 hubo otro apagón que dejó a varios estados sin energía.

El transporte también se paralizó. En Caracas, el Metro cerró por completo y el resto de transportistas se vio obligado a hacer largas colas por gasolina. Esto de las filas por combustible se replicó en todo el país y la falla volvió a verse entre finales de diciembre de 2019 e inicios de enero de 2020. El estado Bolívar aplicó racionamientos en las estaciones de servicio por número de matrícula.

Según lo explica el economista y director de la Corporación de Turismo del Estado Anzoátegui (Coranztur), Gilberto Román, toda la vida social, política y económica de Venezuela se desordenó por completo a raíz de ese mega apagón.

Expresó que ese "lunar en la historia" dejó claro cuán vulnerable está el SEN y “cuánta corrupción” hubo en torno a las alternativas para buscar generar corriente.

Recordó que desde ese momento, problemas de desabastecimiento, daños a aparatos electrónicos, alimentos que se descompusieron por romperse la cadena de frío y la falta de efectivo, se sumaron en un solo cóctel de crisis que ya se padecía, pero se intensificó en esos días.

Fuertes daños

Estando al frente de una corporación turística, Román relató que el sector turismo no escapó a ese gran problema porque la infraestructura hotelera, aeropuertos y otros dejaron de operar. Y mencionó que por ley, los hospedajes debían generar con plantas eléctricas su propia energía cada ciertas horas, lo que implicaba que estos no disfrutaran de un servicio óptimo de corriente ni pudieran atender debidamente a huéspedes.

Román detalló que el ya sensible sistema hospitalario corrió más riesgos y se perdieron vidas. Aunque voceros de Maduro aseguraron que no hubo fallecimientos, pero médicos y ONG's informaron que se registraron 47 muertes, la mitad de ellas consecuencia directa del apagón. 15 eran pacientes de diálisis.

Para el plano económico, Román dijo que todas las opciones de pago se inutilizaron. El efectivo nacional escaseaba por la hiperinflación y sin electricidad, cualquier otro medio de pago era inútil.

El dólar había entrado en escena para sustituir el “pobre poder adquisitivo del bolívar”, pero Román no atribuye su entrada de lleno al apagón, aunque en esos días de falta total de electricidad, la divisa norteamericana se comenzó a usar más como forma de pago.

Los saqueos y revueltas se hicieron presente en todo el país, pero particularmente, Maracaibo, capital zuliana, fue el que tuvo la peor incidencia de estos hechos, y continúa padeciendo racionamientos prolongados. En los estados Mérida y Táchira también se han reportado apagones de larga duración.

Esto es evidencia de que Venezuela aún no recupera su capacidad de generar energía eléctrica y expertos del ramo eléctrico auguran que otro evento de este calibre puede volver a ocurrir en cualquier momento porque “siguen sin tomarse los correctivos necesarios” y aún persiste la falta de mano de obra cualificada en el área.

Fallas extendidas

Posteriormente a este evento, durante todo el año 2019 se pudieron vivir un sin número de nuevas interrupciones en el servicio eléctrico en todo el territorio nacional que afectaron diversos estados.

Los estados más afectados en 2019 fueron Zulia, Táchira y Mérida respectivamente. Si se concentraran todas las horas en las que se fue la luz en estos estados, Zulia hubiera estado un poco más de cuatro meses sin luz, mientras que Táchira y Mérida, más de sesenta días.

 

Juan Afonso

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