Omar González: un asilo desafiante

El dirigente de Vente Venezuela sigue bajo refugio en la embajada de Argentina

Había en su voz un tono de triunfo y las risas de sus compañeros asilados en la embajada Argentina en Caracas tapizaban el teléfono.

 

Es la parte humana de este periodista devenido en líder político al lado de María Corina Machado, defendiendo la libertad de Venezuela. 

 

La alegría que se percibe a través de la llamada telefónica es inversamente proporcional a la situación que sufre él y sus compañeros de lucha desde hace meses.

 

Para escapar de la persecución política se vieron forzados a refugiarse en la delegación diplomática albiceleste.

 

-¿Por qué tan contento?

-Por el extraordinario respaldo que nuevamente le dio Anzoátegui a María Corina Machado y Edmundo González Urrutia.


 
¿Pero no han ganado nada aún, cierto?

‐Tal vez, pero es el preámbulo de una gran victoria del pueblo venezolano contra la tiranía de Maduro y sus secuaces.

 

La entrevista se hace a control remoto desde el interior de la embajada, lejos de la familia, el hogar, los amigos y del bullicio del mundo exterior. 

 

-¿Qué me dice acerca de los meses que lleva encerrado en esa Embajada?

 -Ellos, Maduro y su pandilla, han querido silenciarme para que no siga denunciando sus atrocidades y latrocinios.

 

-¿Lo han conseguido?

-Claro que no. A pesar de todo, mi espíritu se mantiene firme, desafiando a todos esos bandidos que intentan doblegarme.

 

-¿Qué hace?

-Diariamente escribo artículos y notas de prensa para medios nacionales e internacionales. Además escribo otro libro sobre las memorias de un asilado.

 

-¿Continúa la persecusion?

-Hace ya cuatro meses que me encuentro asilado por razones politicas, junto a otros 5 valientes compañeros, en la sede diplomática de Argentina, por desafiar al régimen opresor que desgobierna a Venezuela.Y eso sigue.

 

-¿Alguna vez se imaginó que algo de esto sucedería?

-Desde el momento en que cruce las puertas de esta embajada, supe que mi enfrentamiento con el régimen sería duro y solitario. 

 

-¿Qué le han hecho?

Mis perseguidores han intentado de todo para quebrarnos, pero en mi caso, me aferró a mi dignidad y a mis convicciones con una fuerza inquebrantable. 

 

-¿Cómo consigue resistir la arremetida de un régimen tan fuerte?

-A través de la introspección y la reflexión, cultivo un mundo interior rico y profundo, donde mis pensamientos y mis ideales resuenan con una claridad cristalina. 

 

-¿Y eso para usted es sencillo, colega?

-Claro que no.  Pero en medio de la soledad, encuentro la luz de la esperanza y la resistencia.

 

-¿El régimen de Maduro lo ha dejado tranquilo después que se asiló en esa Embajada?

-A lo largo de los días, semanas y meses los esbirros intentan de todas las formas posibles romper nuestra rebeldía. 

 

-¿Y han logrado obtener lo que desean?

-Ninguna de sus tretas han hecho mella, consciente como estoy de que la verdadera libertad no se consigue arriando banderas.

 

-¿Le ha pasado por la mente rectificar?

Jamás. Hoy en día, sigo más firme que nunca, aunque olvidado por algunos y recordado por muchos.

 

-¿Cree que esos sacrificios valen la pena?

-Claro que valen la pena. Para mí, esta es una especie de prueba de resistencia y un recordatorio de que incluso en las situaciones más adversas, el espíritu humano puede elevarse por encima de la opresión y la injusticia. 

 

-¿Qué gana con eso?

-Mientras mi voz y mi escritos sigan resonando en los corazones y en la mente de aquellos que creen en la libertad y la justicia, me doy por satisfecho.

 

-¿Hasta cuándo?

-Esta situación es para mi una especie de recordatorio de que la lucha por un mundo mejor nunca termina, y de que incluso en la oscuridad más profunda, la luz de la esperanza sigue brillando.

 

-¿Si pierden las elecciones seguirá en esa posición?

-Eso está descartado.  No hay forma de perder las próximas elecciones.

 

-¿Y si hacen fraude?

 Seguiría intacta mi determinación de que, a pesar de todo, nunca debemos rendirnos en la lucha por una Venezuela más justa y libre. 

 

-¿Esta usted seguro?

‐ Segurísimo. Este tipo de resistencia es una llama que nunca se apaga. Gracias a Dios.

 

-Adios

-Adiós

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