El dictador de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko anunció este jueves 16 de diciembre la ilegalización de todas las organizaciones no gubernamentales (ONG) opositoras y las acusó de intentar un Golpe de Estado en la ex república soviética tras ser financiadas desde el exterior.
"No hay perdón para los traidores. Aquellos que intentaron dar un vuelco al país (…) no tendrán perdón. Los detectamos por decenas y por cientos. Ilegalizamos todas las organizaciones financiadas desde el exterior y que preparaban una rebelión y un golpe de Estado", expresó Lukashenko en declaraciones a la agencia estatal bielorrusa Belta.
De esta manera, Lukashenko aplacó de un plumazo a todas las ONG que le plantaron cara tras las elecciones de agosto de 2020, consideradas por gran parte de la comunidad internacional como fraudulentas.
En esos comicios el mandatario quedó reelecto con 80% de los votos. Su única rival, Svetlana Tijanóvskaya, no reconoció los resultados y luego solicitó refugio en Lituania. Otros candidatos fueron obligados a retirarse de la contienda o fueron apresados por el Estado.
Lukashenko aseguró que los funcionarios del país deben asegurar que este sea monolítico y que estos sepan cumplir bien sus funciones, acusando que varios asumen "posiciones antigubernamentales".
"Todos deben tener su propio punto de vista y ustedes los tienen. Asumo esto como una condición por defecto. Pero, queridos míos, todos nosotros, los que estamos sentados en esta mesa, y los dirigentes a los que me referí, están limitados por determinados marcos, los marcos de su cargo", expresó.
También dijo que aquellos funcionarios que quieran ser "absolutamente independientes y pedir sanciones, luchar contra las autoridades y cosas por el estilo", deberían irse a Lituania y Polonia. Ironizó diciendo que estando en esos países las autoridades bajo su mando no los alcanzarán.
Juan Afonso
