Supremo de EE.UU. en contra de la discriminación laboral de la comunidad LGTBIQ

El fallo del tribunal sienta un precedente legal y supone un giro irreversible en la lucha por la igualdad

El Tribunal Supremo de EE.UU. otorgó este lunes su mayor victoria en años a la comunidad LGTBIQ al considerar que las leyes de los derechos civiles aprobadas hace medio siglo prohíben la discriminación contra homosexuales y transexuales en el entorno laboral.

Se trata del fallo más importante a favor del colectivo de lesbianas, gays, trans, bisexuales, intersexuales y queers (LGTBIQ) desde la legalización del matrimonio igualitario en 2015.

La vitoria, además, es significativa porque fue otorgada por un tribunal dominado por los conservadores.

"Hoy, debemos decidir si una compañía puede despedir a alguien meramente por ser homosexual o transgénero. La respuesta está clara", escribió en la sentencia el juez Neil Gorsuch, nombrado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, y quien junto a otros cinco magistrados votó contra la discriminación hacia gais y trans.

En un fallo histórico, el Tribunal Supremo determinó que el colectivo LGTBIQ está protegido por el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, diseñada para garantizar la igualdad de los afroamericanos y que ya prohibía la discriminación por sexo, pero hasta ahora no cobijaba a los transexuales.

Durante medio siglo, el Tribunal Supremo interpretó que la "discriminación por sexo" de esa legislación solo se refería a las mujeres y, hasta ahora, no había considerado que también ampara a la comunidad LGTBIQ.

En el transcurso del caso, los abogados de la Administración Trump argumentaron que las leyes de derechos civiles no protegían ni a trans ni a gais; mientras que los demandantes consideraban que las leyes vigentes aplicaban a todos los seres humanos.

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Desde que llegó a la Casa Blanca en 2017, Trump ha erosionado los derechos del colectivo LGTBIQ, en un intento por mantener el apoyo de su base de la derecha cristiana.

Sin embargo, el fallo del Tribunal Supremo sienta un precedente legal y supone un giro irreversible en la lucha por la igualdad. Hace solo medio siglo, todos los estados del país menos uno criminalizaban la homosexualidad y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría la consideraba una enfermedad mental, pero ahora esas opiniones son cada vez más minoritarias en EE.UU.

De hecho, en 2019, el 63 % de los estadounidenses estaba a favor del matrimonio igualitario y el 53 % opinaba que la ley debía otorgar mayor protección a los transexuales, según la encuestadora Gallup.

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