Los consumidores de la Unión Europea provocan alrededor del 10% de la deforestación global. El primer intento realizado por el bloque de los 27 para atajar este problema ha sido la introducción del Reglamento de la Madera de la UE (EUTR) en 2013. Una legislación que prohibía la venta en la UE de madera producto de la tala ilegal. Poco más de una década después, la UE tiene previsto poner en marcha una nueva legislación conocida como Reglamento de Deforestación de la UE (EUDR), que sustituirá al EUTR.
Además de la madera, la nueva EUDR contempla también otras materias primas que provocan deforestación en el mundo, como el cacao, el café, la carne de vacuno, el aceite de palma, el caucho y la soja. De acuerdo con los planes, este reglamento entrará en vigor el 30 de diciembre del 2024.
Por lo tanto, las empresas que deseen vender estas materias primas y productos afines en el mercado de la UE deberán demostrar que no son generadoras de deforestación o degradación forestal. Empresas suizas como Nestlé, Barry Callebaut y Lindt & Sprüngli se han comprometido a trabajar con cadenas de suministro totalmente libres de deforestación para el año 2025 y han desarrollado sus propios sistemas de trazabilidad en el cacao para cumplir con estos compromisos. Por ejemplo, Lindt & Sprüngli invirtió 27,5 millones de francos suizos (31,8 millones de dólares) en 2022 para abastecerse de cacao sostenible. Lo anterior ha colocado a Suiza en una posición propicia para cumplir con las normas EUDR: la proporción de importaciones suizas de cacao sostenible ha pasado del 50% en 2017 al 82% en 2023.
Pero las empresas no son las únicas que temen perder si no logran demostrar que están actuando con la diligencia debida. Los países que exportan estas materias primas también podrían ver mermados sus ingresos si quedan excluidos del mercado europeo. Según un análisis de Rabobank, cumplir el EUDR puede costar entre el 0,29% y el 4,3% del valor de las importaciones a la UE. Geográficamente, África y Sudamérica son los que tienen más por perder. Por ejemplo, un informe reciente del laboratorio de ideas ODI calcula que el EUDR representará para Etiopía una caída del 18,4% en sus exportaciones y una pérdida del 0,6% en el PIB, un impacto altamente significativo considerando que el café concentra entre el 30% y el 35% de las exportaciones totales de este país.
Para evitar una caída significativa de sus ingresos, los países africanos se han lanzado a una apresurada carrera para registrar a sus campesinos (aportando fotos, un documento nacional de identidad, datos sobre los límites de las propiedad y el historial de los productores de café) en una base de datos a nivel nacional que garantizará que aquellos que talan bosques queden excluidos de las cadenas de suministro. Esto incluye también el laborioso proceso de cartografiar los límites de las explotaciones para garantizar la trazabilidad de productos como el café. Esto permitirá además identificar cualquier expansión de los límites de las explotaciones hacia zonas forestales.
«Registrar a los agricultores no es difícil, pero tampoco es fácil», asegura Kajiru Francis Kissenge, director de desarrollo cafetero de la Junta del Café de Tanzania.
Tanzania (país que destina a la UE la mitad de sus exportaciones cafetaleras totales) empezó a prepararse para el cumplimiento del EUDR desde septiembre. Y espera terminar de registrar a los productores de café en enero de 2025, un poco después del plazo previsto para el inicio de operaciones de la legislación.
«La mayoría de los agricultores forman parte de cooperativas. Pero el reto es conseguir las ubicaciones GPS precisas de sus explotaciones. Las granjas están muy cerca unas de otras y debemos encontrar una tecnología cartográfica precisa que garantice que no haya solapamientos en los límites de las propiedades”, afirma Kissenge.
De acuerdo con Kissenge, para economizar en este proceso, la Junta del Café de Tanzania empezó la tarea de cartografiar las explotaciones utilizando herramientas digitales gratuitas, pero descubrió que no eran suficientemente precisas y sí había solapamiento en los límites de las explotaciones. Ahora están buscando una tecnología más precisa, pero que debe presupuestarse.
«Estimamos que cartografiar los límites de las explotaciones costará entre 1,50 y 2 dólares (entre 1,30 y 1,75 francos suizos) por finca, y en Tanzania hay unos 340.000 caficultores», afirma Kissenge. «Así que sería bueno conseguir financiación de la UE porque la buena tecnología no es barata».
La UE anunció recientemente un significativo pago financiero de 97.000 millones de TZS (30 millones de francos suizos) a Tanzania para realizar reformas sectoriales, pero la preparación de su sector cafetero para cumplir con el EUDR no figura en la lista.
Ghana, el peso pesado del cacao en África Occidental, lleva desde 2021 creando un sistema de trazabilidad del cacao. La base de datos denominada Sistema de Gestión del Cacao (CMS, por sus siglas en inglés) contendrá los datos de 1,5 millones de productores de cacao de Ghana y se usará también para pagarles por sus granos de cacao y ofrecer a los agricultores un plan de pensiones.
El CMS también ayudará a Ghana a cumplir la nueva reglamentación de la UE en materia de deforestación, un objetivo fundamental para este país ya que el 62% de su producción cacaotera se exportó a la UE en 2022. Uno de los principales componentes del CMS, desarrollado para cumplir con el EUDR, es el Sistema de Trazabilidad del Cacao de Ghana (GCTS), que se suma al modelo de evaluación de los riesgos de deforestación relacionados con el cacao, que pretenden vincular los datos sobre la cubierta forestal con el cultivo de cacao.
«El desarrollo y la puesta en marcha de estos sistemas nos ha costado más de 50 millones de euros (46,8 millones de francos suizos)», afirma Michael Ekow Amoah, subdirector de investigación y desarrollo de la Junta del Cacao de Ghana (COCOBOD).
«Se trata de una inversión que vale la pena, pero no es justa. La UE debería haber contribuido con la inversión inicial», dice.
En 2019, Ghana invirtió en la trazabilidad del cacao utilizando fondos de un préstamo de 600 millones de dólares que firmó en 2019 para financiar mejoras a la productividad del cacao con un sindicato de financiación que incluye el Banco Africano de Desarrollo y a bancos de inversión privados como Credit Suisse (que ahora es parte de UBS). La UE firmó el pasado octubre un acuerdo de 15 millones de euros con Ghana para un programa de transición verde y agroindustria que se centrará en una producción agrícola sostenible y resistente al clima que podría adaptarse al cumplimiento del EUDR.
Ghana está a la vanguardia de otros países africanos en el cumplimiento de las exigencias de la UE. Según una presentación en un taller técnico sobre el EUDR celebrado en Accra el 30 de mayo, la junta del cacao de Ghana ya ha cartografiado poco más de 1,2 millones de hectáreas de cacaotales, de un total de 1,3 millones, y ha registrado a cerca de 793.000 agricultores de cacao, de un total de 1,5 millones.
«Vale la pena porque permitirá a Ghana aportar las pruebas pertinentes para cumplir los requisitos del EUDR y aumentar nuestra cuota de mercado en la UE», afirma Amoah.
Ghana y Tanzania están sufriendo ahora mismo las consecuencias de la necesidad de cumplir con el EUDR, pero el registro de los agricultores y la cartografía de las explotaciones tendrán beneficios que van más allá de la lucha contra la deforestación.
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