Está comprobado que bebidas como el café contienen sustancias, como la cafeína, que evitan conseguir el sueño, por eso es responsable de que la gente no duerma con facilidad. Matthew Walker, autor del libro “Por qué dormimos”, expresa que hay que tener en cuenta que los productos llamados descafeinados no carecen de cafeína: una taza de café descafeinado, por lo general, contiene entre 15 y 30% de la dosis de una taza de café normal, por lo que si bebes de a tres o cuatro tazas de descafeinado por la noche, es tan perjudicial para el sueño como una taza de café normal.
Cada vez más personas necesitan algún estimulante para poder ir a la cama. Durante los últimos años los millennials han necesitado algún tipo de bebida para poder dormir gracias al estrés, y los adolescentes se inclinan por tomar bebidas relajantes para poder descansar. Pero ¿en realidad ayuda a dormir? ¿O es la rutina de hacer cada una de esas cosas lo que realmente provoca el sueño en una persona?
Neil Stanley, experto independiente del sueño, afirma que las bebidas calientes sí estimulan el sueño, aunque se trata más de la rutina de hacer el vaso con leche, ya que no hay una conexión entre la leche y el dormir que la convierta en una recomendación universal. No se ha confirmado que pueda impactar en los niveles de melatonina, hormona clave para regular los ciclos de sueño y la vigilia, que produce nuestro cuerpo.
Desde hace muchas generaciones se ha recomendado tomar leche tibia con miel para poder dormir mejor, sin embargo, depende de cada persona y su nivel de estrés, las dietas que siguen y muchos otros factores. No se puede depender de solo una bebida para alcanzar el descanso que el cuerpo necesita.
Si bien es cierto que algunas bebidas contienen triptófano, que es un aminoácido que puede beneficiar al concilio del sueño, tomar estas bebidas no hace que el cuerpo instantáneamente quiera ir a dormir.
La Revista de Neurología Española afirma que lo mejor para alcanzar el concilio del sueño es crear una serie de rutinas:
-Evitar una siesta si contribuye a una mayor dificultad para dormir.
-Regularizar el horario de despertar: no más de dos horas de diferencia entre días de trabajo y días libres.
-Propiciar un ambiente de calma las horas previas a dormir.
-Leer un libro en vez de ver la tv antes de dormir.
-No tener radios, televisores ni ningún aparato electrónico que interrumpa el sueño.
-Tomar un baño caliente 1 hora y media antes de dormir.
-Realizar ejercicio regularmente.