Vacunas contra coronavirus de ARN no dejan alteraciones genéticas

Los antídotos no supondrán riesgos a nivel genético

En las últimas semanas, ha estado creciendo la cantidad de advertencias en relación a las vacunas que utilizan moléculas de ARN mensajeros. Dentro de este apartado están los antídotos que Pfizer y Moderna están desarrollando y ambas farmacéuticas aseguran que estos no supondrán riesgo de alteraciones genéticas para quienes la reciban.

Todo esto se debe a un indeterminado pero creciente número de mensajes engañosos en redes sociales que se han hecho virales.

Por ejemplo, en Facebook y Twitter se difundió una entrevista al abogado y enfermero Luis de Miguel, quien advirtió que las vacunas, más que reforzar la inmunidad contra el virus, irían a "modificar el genotipo o el fenotipo del ser humano". Hubo otro contacto que se difundió ampliamente en Internet del biólogo Fernando López-Mirones, quien también aseguró que las vacunas convertirían en seres transgénicos a quienes se las administren.

Pero todo esto está más lejos de la realidad. El ARN no puede alterar el genoma humano, menos de quien reciba las vacunas porque una vez que se genera la respuesta inmunitaria en el organismo, la molécula se degrada. Esto lo explicaron autoridades sanitarias de Estados Unidos, Unión Europea y la Asociación Española de Vacunología.

Se pudo comprobar que Luis de Miguel es presentado como abogado registrado en el Censo de Letrados del Consejo General de la Abogacía con el número 4.587, enfermero y miembro de la asociación de consumidores ACUS.

López-Mirones dijo en el programa "El mundo al rojo", de la televisión local en Madrid, que las vacunas emplean una tecnología que tiene una gran peligrosidad". "El ARN mensajero se supone que después desaparece, pero se supone. Si estas instrucciones se  perpetúan en nuestras células harían que nosotros mismos fuéramos un ser transgénico".

Pero esta declaración y la de De Miguel fueron cuestionadas por el miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Vacunología (AEV), quien calificó de falsas esas argumentaciones. "El ARN no se puede integrar en nuestro material genético y se degrada en pocos días", aseguró.

El mismo punto lo resaltan los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) que divulgaron un artículo en español e inglés, que se actualizó el pasado 23 de noviembre.

Esa agencia relata que las vacuna de ARNm enseñan a las células humanas a producir una proteína o una porción de ella que desencadena una respuesta inmunitaria dentro del organismo. Esa respuesta es la que produce los anticuerpos que protegen al cuerpo de las infecciones si el virus regresa al organismo.

"Una vez que nuestro organismo creó esa porción de proteína, la célula descompone las instrucciones para deshacerse de ellas", relata el artículo.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) también elaboró un comunicado sobre el inicio de su revisión de la vacuna de Moderna que, una vez cumplida su función, "el sistema inmunológico de la persona tratará esta proteína como extraña" y producirá "defensas naturales" contra ella.

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