El Gobierno suizo anunció este viernes la adquisición de 4,5 millones de dosis de la futura vacuna contra el COVID-19 a la firma estadounidense Moderna, una de las seis candidatas que se encuentra en la tercera y última fase de pruebas en seres humanos.
La compra, para la que se había asignado un presupuesto de 300 millones de francos o 270 millones de euros (aunque no se aclaró si se emplearon en su totalidad), convierte a Suiza en uno de los primeros países en adquirir vacunas contra la COVID-19, aunque el acuerdo está condicionado a que las pruebas de Moderna tengan éxito.
La Oficina Federal de Salud Pública informó de que parte de estas dosis serán fabricadas por la empresa suiza Lonza, y aclaró que también está en conversaciones con otros laboratorios del mundo que desarrollan una posible vacuna frente a la actual pandemia.
Al ser necesarias dos dosis por persona para la inmunización, las vacunas adquiridas por Suiza servirían para inmunizar a 2,25 millones de personas, aproximadamente la cuarta parte de la población nacional.
En todo caso, la oficina de salud pública pidió tomar con cautela este acuerdo, ya que "no se puede decir con certeza qué compañías y vacunas prevalecerán en última instancia y estarán disponibles para la población suiza".
Moderna informó a finales de julio de resultados prometedores de su vacuna en primates, y se espera que los resultados de los ensayos a gran escala en humanos estén disponibles en octubre o noviembre.
Según informó la agencia suiza ATS, la química y farmacéutica local Lonza, con sede en la ciudad de Visp (cantón de Valais, en el suroeste del país) no fabricará la vacuna final, sino sus ingredientes farmacéuticos activos.
La planta podría producir ingredientes para entre 100 y 300 millones de dosis, destacaron los responsables de la empresa, que recientemente firmó un acuerdo de colaboración de diez años con Moderna.