Programas de salud mental no deben ser desatendidos durante la pandemia

La ONU pidió prestar vital atención al tema que ha sido desplazado este último año

La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de los tratados contra las drogas, ha pedido no desatender los programas de salud mental y, especialmente, los de desintoxicación, durante la pandemia de covid.

En su informe anual, difundido este jueves en Viena, la JIFE se muestra preocupada por la suspensión o la interrupción de los programas de salud mental y de tratamiento de adicciones en más de 40 países durante los pasados meses debido a la covid.

Los expertos de este organismo recuerdan que las personas que acuden a estos programas son especialmente vulnerables a la soledad y al aislamiento social que suponen las medidas de confinamiento y las restricciones impuestas para contener el virus.

"La falta de acceso a los servicios esenciales de tratamiento como resultado de la pandemia de covid-19 resulta extremadamente preocupante, ya que un prolongado distanciamiento físico y el aislamiento social suponen una carga emocional mayor para las personas con problemas de salud mental y trastornos por consumo de sustancias", señala el informe.

Las restricciones a la movilidad han causado numerosos problemas a personas que siguen programas de tratamiento de la drogadicción, y la JIFE indica que eso ha podido agravar ciertos trastornos, y su salud mental en general.

Peligros

Los expertos indican que algunos consumidores de heroína que no pudieron acceder a tratamientos de sustitución con metadona sufrieron fuertes síntomas de abstinencia, mientras que la escasez de heroína por las restricciones llevó a algunos a incurrir en prácticas más arriesgadas, como inyectarse la droga.

La escasez de drogas debido a las restricciones a la movilidad hizo también que algunos drogodependientes trataran de buscar alternativas más baratas y peligrosas.

"Es necesario mejorar los servicios de prevención y tratamiento con base empírica a fin de evitar un incremento en los trastornos por consumo de drogas y los problemas de salud mental", requiere el presidente de la JIFE, el holandés Cornelis de Joncheere.

Falta de medicamentos

Este órgano de la ONU también muestra preocupación por la escasez de ciertos medicamentos bajo control internacional, como analgésicos y sedantes, debido a la alta demanda debido a la pandemia.

"La creciente demanda para el tratamiento de pacientes con covid-19 ha creado más escasez y ha interrumpido el tratamiento y otros servicios relacionados con la salud", señala el informe.

La JIFE llamó la atención sobre la escasez de medicamentos como el fentanilo y el midazolam en algunos países debido a la amplia demanda para atender a los pacientes con covid-19 ingresados en unidades de cuidados intensivos.

Donde más se consumen esos analgésicos bajo control internacional, como la codeína, el fentanilo, la hidrocodona, la morfina y la oxicodona, generalmente empleados contra el dolor, es en países ricos como Estados Unidos, Alemania, Austria y Canadá.

Aunque el informe no cuenta con datos de 2020, en lo que respecta al uso de paliativos contra el dolor existía ya antes de la pandemia una enorme desigualdad en el mundo.

En 2019, el 80 % de la población mundial que vive en países en desarrollo empleó menos del 13 % de la morfina para tratamientos paliativos, mientras que el 87 % se usó en los países ricos.

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