Programa Mundial de Alimentos ganó el premio Nobel de la Paz

El comité noruego se inclinó por la iniciativa de las Naciones Unidas contra el hambre en el mundo

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU fue galardonado este viernes con el Premio Nobel de la Paz, anunció el Comité Nobel en Oslo, subrayando que la necesidad de soluciones multilaterales a problemas mayores como el hambre es “más evidente que nunca”.

El PMA recibe este galardón por “sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, su contribución para mejorar las condiciones de paz en las zonas afectadas por los conflictos y por haber impulsado los esfuerzos para no convertir el hambre en un arma de guerra”, declaró la presidenta del Comité Nobel, Berit Reiss-Andersen.

Es el duodécimo Nobel de la Paz concedido a una organización o personalidad de la ONU o vinculada con Naciones Unidas.

Historial

El PMA fue fundado en 1961, tiene su sede en Roma y se financia únicamente por donaciones voluntarias. El organismo asegura que distribuyó el año pasado 15.000 raciones de comida y asistió a 97 millones de personas en 88 países.

Las cifras pueden parecer enormes, pero solo representan una parte muy pequeña de las necesidades del mundo.

Según datos oficiales, el programa cuenta con 5.600 camiones, 20 barcos y 92 aviones en movimiento, que entregan alimentos y distintos tipos de asistencia todos los días. Cada año, distribuyen alrededor de 15.000 millones de raciones con un costo estimado por ración de 31 centavos de dólar.

Funcionamiento

En principio, fue creado como un proyecto experimental de tres años, por iniciativa del expresidente estadounidense Dwight Eisenhower. Sin embargo, distintos acontecimientos que tuvieron lugar en aquellos años (un terremoto en Irán, un tifón en Tailandia y crisis de refugiados en Argelia luego de lograr la independencia de Francia) dieron a entender la necesidad de existencia permanente de un programa que se ocupara de brindar asistencia alimentaria y combatir el hambre en el mundo.

La mayor parte de su trabajo tiene lugar en países afectados por conflictos, donde las personas presentan tres veces más probabilidades de sufrir desnutrición que aquellas que viven en naciones donde no hay conflictos que amenacen su subsistencia.

En situaciones de emergencias, el programa suele arribar primero a la zona afectada para ofrecer asistencia alimentaria a las “víctimas de guerras, conflictos civiles, sequías, inundaciones, terremotos, huracanes, pérdidas de cosecha y desastres naturales”. Finalizada la emergencia, continúan ayudando a las comunidades a reconstruir sus vidas y los medios de vida que se vieron afectados. Además, trabajan para fortalecer la resiliencia y la resistencia de las personas y las comunidades afectadas por las crisis extendidas en el tiempo.

Las madres y los niños son actores de sumo cuidado para el PMA. Sus proyectos de desarrollo suelen enfocarse en combatir la desnutrición de ambos grupos desde las etapas más tempranas, con especial énfasis en los primeros 1.000 días, desde la concepción hasta el segundo cumpleaños del niño o niña, y posteriormente a través de comidas escolares. Cada año, el programa brinda alimentos escolares a más de 16 millones de niños en 60 países.

El PMA está administrado por una Junta Ejecutiva de 36 miembros y trabaja de manera estrecha con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), ambos también con sede en Roma. Además, se encuentra asociado con más de 1.000 ONG nacionales e internacionales para ofrecer asistencia alimentaria y acabar con el origen de las causas del hambre en el mundo.

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