La aerolínea holandesa KLM ha anunciado que retomará sus vuelos a algunos de los destinos europeos que habían quedado suspendidos tras estallar la crisis del COVID-19. Se trata de la primera gran aerolínea en reabrir las rutas, aunque hay otras que durante este periodo sí han seguido operando vuelos a España, como es el caso de Air France, socia de la holandesa.
En concreto, desde ayer KLM ha empezado a operar con un vuelo diario a ocho destinos: Madrid y Barcelona, en España; Milán y Roma, en Italia, Budapest (Hungría), Praga (República Checa), Varsovia (Polonia) y Helsinki (Finlandia).
Estos vuelos se harán en aviones más pequeños que los que habitúa la compañía, con capacidad para 100 pasajeros. KLM abre así la veda (a pesar de que sigue habiendo restricciones de movimientos entre países) y retoma parte de la actividad que había suspendido en un contexto en el que la mayoría de compañías están con las flotas en tierra y operando sólo vuelos para repatriaciones o para envío de material humanitario o de carga.
Cero turistas
La oferta de KLM desde España se complementa con la de su socia Air France, que ha seguido operando este tiempo tres vuelos semanales entre Madrid y París-Charles de Gaulle y dos vuelos semanales entre Barcelona y el aeropuerto parisino.
A partir del 11 de mayo el uso de mascarillas será obligatorio en los vuelos de KLM, tanto a bordo del avión, como durante el embarque. La compañía ha establecido otras medidas de prevención. Por ejemplo: cuando la ocupación de los vuelos sea baja, se dejará el mayor espacio posible entre los asientos. También se ha simplificado el servicio de catering a bordo,
Además, los procesos de embarque se han modificado y ahora se embarca en grupos más pequeños. KLM también realiza en determinados vuelos un control a los pasajeros. Esto ocurre en los países que han impuesto medidas a las aerolíneas con el fin de prevenir el contagio de Covid.
En estos vuelos todos los pasajeros tiene que realizarse un chequeo médico antes del embarque. Para vuelos que salen hacia Canadá, Singapur o Corea del Sur, se observa físicamente a los pasajeros. Además, los pasajeros que viajan a estos dos últimos destinos tienen un control complementario de temperatura.
Algunas aerolíneas, como Emirates, por ejemplo, ya están haciendo test a sus pasajeros para verificar que no tienen coronavirus antes de embarcar. Las medidas de distanciamiento social dentro de los aviones son de más compleja ejecución, dado que la distancia entre los asientos es pequeña y a las aerolíneas no les saldría rentable embarcar a un tercio del pasaje sólo para mantener estas distancias.
Desde ALA, la Asociación de Líneas Aéreas, apuestan más por crear "zonas estériles dentro de los aviones", de manera que sólo embarquen los pasajeros libres de sospecha.
