El presidente Biden aprobó en marzo un plan estratégico nuclear altamente clasificado para Estados Unidos que, por primera vez, reorienta la estrategia de disuasión norteamericana para centrarse en la rápida expansión del arsenal nuclear chino.
El cambio se produce cuando el Pentágono cree que los arsenales de China rivalizarán en tamaño y diversidad con los de Estados Unidos y Rusia en la próxima década.
La Casa Blanca no llegó a anunciar que Biden había aprobado la estrategia revisada, denominada "Nuclear Employment Guidance", que también pretende preparar a Estados Unidos para posibles desafíos nucleares coordinados de China, Rusia y Corea del Norte. El documento, que se actualiza cada cuatro años aproximadamente, es tan altamente clasificado que no existen copias electrónicas, sólo un pequeño número de copias impresas distribuidas a unos pocos funcionarios de seguridad nacional y mandos del Pentágono.
Sin embargo, en discursos recientes, dos altos funcionarios de la administración han podido aludir al cambio -en frases sueltas y cuidadosamente limitadas- antes de una notificación más detallada y desclasificada al Congreso que se espera antes de que Biden deje el cargo.
Vipin Narang, un estratega nuclear del M.I.T. que trabajó en el Pentágono, declaró a principios de este mes, antes de regresar al mundo académico: "El presidente publicó recientemente una guía actualizada sobre el empleo de armas nucleares para tener en cuenta a los múltiples adversarios con armas nucleares". "Y en particular", añadió, la guía de armamento explicaba "el significativo aumento del tamaño y la diversidad" del arsenal nuclear chino.
En junio, el director principal de control de armamentos y no proliferación del Consejo de Seguridad Nacional, Pranay Vaddi, también se refirió al documento, el primero que examina en detalle si Estados Unidos está preparado para responder a crisis nucleares que estallen simultánea o secuencialmente, con una combinación de armas nucleares y no nucleares.
Según Vaddi, la nueva estrategia hace hincapié en "la necesidad de disuadir simultáneamente a Rusia, la República Popular China y Corea del Norte".
En el pasado, la probabilidad de que los adversarios estadounidenses pudieran coordinar amenazas nucleares para superar al arsenal nuclear estadounidense parecía remota. Pero la emergente asociación entre Rusia y China, y las armas convencionales que Corea del Norte e Irán están proporcionando a Rusia para la guerra de Ucrania han cambiado radicalmente la forma de pensar de Washington.
Rusia y China ya están realizando ejercicios militares juntos. Las agencias de inteligencia están tratando de determinar si Rusia está ayudando a los programas de misiles de Corea del Norte e Irán a cambio.
El nuevo documento es un duro recordatorio de que quienquiera que preste juramento el próximo 20 de enero se enfrentará a un panorama nuclear cambiado y mucho más volátil que el que existía hace sólo tres años. El Presidente de Rusia, Vladimir V. Putin, ha amenazado en repetidas ocasiones con el uso de armas nucleares contra Ucrania, incluso durante una crisis en octubre de 2022, cuando Biden y sus ayudantes, a la vista de las conversaciones interceptadas entre altos mandos rusos, temieron que la probabilidad de uso nuclear pudiera aumentar hasta el 50% o incluso más.
El Sr. Biden, junto con los líderes de Alemania y Gran Bretaña, consiguió que China e India hicieran declaraciones públicas de que no había lugar para el uso de armas nucleares en Ucrania, y la crisis amainó, al menos temporalmente.
The New York Times