Hallan en cumbre más alta de Perú el cuerpo momificado de un estadounidense que murió hace 22 años

Para evitar dudas el hombre envió una fotografía de la licencia de conducir, un pequeño video de la zona donde hallaron el cuerpo de casualidad, así como la ubicación exacta. “Todavía tenía las botas puestas”, recalcó el hijo

Cuando una avalancha de nieve sepultó al montañista estadounidense Bill Stampfl hace 22 años en el nevado Huascarán, la montaña más alta de Perú, su familia jamás pensó que recuperarían sus restos. Entonces llegó una llamada en junio.

 

Jennifer Stampfl, hija del alpinista desaparecido el 24 de junio de 2002 junto a sus amigos estadounidenses Matthew Richardson y Steve Erskine, dijo a The Associated Press que su hermano recibió una llamada inesperada de un hombre que le informaba que habían encontrado a su padre.

 

El hombre, Ryan Cooper, le explicó que estuvo escalando el nevado peruano de 6.768 metros de altitud y tras un intento fallido de ascenso, comenzaron a descender cuando de casualidad notaron algo a la distancia. Se acercaron y hallaron un cuerpo momificado con indumentaria de montañista y que tenía un canguro donde halló una licencia de conducir con el nombre de William Stampfl.

 

“Fue tan inesperado. Hablamos de mi papá, pensamos en él todo el tiempo”, dijo Joseph. “Nunca piensas que vas a recibir esa llamada”, añadió.

 

Para evitar dudas el hombre envió una fotografía de la licencia de conducir, un pequeño video de la zona donde hallaron el cuerpo de casualidad, así como la ubicación exacta. “Todavía tenía las botas puestas”, recalcó el hijo.

 

“Ha sido un shock”, apuntó su hermana Jennifer, quien ahora tiene 53 años al recordar el momento en que se enteró de la llamada. “Durante 22 años, simplemente pensamos: ‘Así es como es’. Papá es parte de la montaña y nunca volverá a casa”, indicó. Ella también habló con Cooper. “Cuando recibes esa llamada telefónica de que lo han encontrado, tu corazón se hunde. Al principio no sabes exactamente cómo sentirte”, indicó la hija del montañista.

 

“Pensamos que los tres habían sido arrastrados a una grieta y se había llenado”, recuerda sobre esos primeros momentos de angustia, tras la repentina desaparición de su padre. “El calentamiento global, por mucho que sea, nunca llegará al fondo de esta grieta”.

 

Luego, para recuperar el cuerpo, la familia de Stampfl contactó a Eric Raúl Albino, un guía peruano de alta montaña de 40 años y más de 50 expediciones que dirige una empresa privada de rescatistas del grupo Alpamayo. Junto a ocho integrantes de su equipo y cinco policías del Departamento de Salvamento de Alta Montaña en la región Ancash, emprendieron el ascenso del nevado el 4 de julio.

 

Tras crear un grupo de WhatsApp, Albino dijo a la AP que mantuvo informada a la familia sobre el rescate, enviándoles fotos y videos con mucha frecuencia.

 

Un día después, el 5 de julio a las 10:45 de la mañana, tras subir a pie por nueve horas en medio del peligro de eventuales avalanchas de grandes bloques de hielo y de las hondas grietas, hallaron el cuerpo más de dos décadas después. Estaba sobre la nieve, cerca de una zona llamada “el paso de la muerte”, a unos 5.200 metros de altitud del monte Huascarán, que mide 6.768 metros.

 

El policía Lenin Alvarado, quien participaba de la misión, dijo a la AP que el cadáver “estaba momificado y descongelándose”, pero tenía todas sus pertenencias. Su ropa de montañista en buen estado y sin haber perdido color, los arneses, las sogas, su pica y sus botas para escalar.

 

El agente, con 16 años dedicados al rescate en las montañas, dijo que le sorprendió ver que Stampfl aún tenía puesto su anillo de bodas de oro en el dedo anular de la mano izquierda. “Nunca vi algo así antes”, dijo el policía. En el canguro que llevaba en la cintura encontraron la licencia de conducir que indicaba que Stampfl, tenía 58 años cuando desapareció. Era ingeniero civil y vivía en Chino, una ciudad en el Condado de San Bernardino, California.

 

También hallaron su pasaporte, su cámara fotográfica, una tarjeta de crédito, sus lentes, un lapicero, una grabadora de voz y un par de billetes de 20 dólares corroídos por el tiempo. Era meticuloso con los cálculos tanto para el trabajo como para el montañismo, recordó su hija Jennifer. Stampfl había planeado realizar la caminata en el Huascarán en junio porque la nieve está muy densa en esa época del año.

 

 

 

AP

 

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