Fundador de WikiLeaks Julian Assange regresa a Australia tras el final de su batalla legal con Estados Unidos

Assange está acusado de recibir y publicar cientos de miles de cables militares y diplomáticos que incluían detalles de las irregularidades cometidas por el ejército estadounidense en Irak y Afganistán

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, regresó el miércoles a su natal Australia a bordo de un avión chárter, levantando el puño en señal de triunfo, ante las ovaciones de sus simpatizantes, horas después de declararse culpable de obtener y publicar secretos militares estadounidenses en un acuerdo con el Departamento de Justicia que pone fin a una larga batalla legal.

 

Assange dijo al primer ministro, Anthony Albanese, en una llamada telefónica desde el aeropuerto de Canberra, la capital, que la intervención del gobierno australiano en el caso penal estadounidense le había salvado la vida, dijo Jennifer Robinson, abogada de Assange.

 

Assange abrazó a su esposa, Stella Assange, y a su padre, John Shipton, quienes lo esperaban en el aeropuerto, pero evitó a los medios en una conferencia de prensa, menos de dos horas después de su aterrizaje.

 

“Julian desea que les agradezca sinceramente a todos. Quería estar aquí. Pero deben entender por lo que ha pasado. Necesita tiempo. Necesita recuperarse, y esto es un proceso”, dijo Stella Assange a reporteros.

 

Assange está acusado de recibir y publicar cientos de miles de cables militares y diplomáticos que incluían detalles de las irregularidades cometidas por el ejército estadounidense en Irak y Afganistán. Su actividad le valió el apoyo de activistas por la libertad de prensa, que elogiaron su papel a la hora de sacar a la luz comportamientos militares que, de otra forma, podrían haber quedado ocultas, y advirtieron de un efecto amedrentador sobre los periodistas. Entre los archivos publicados por WikiLeaks había un video de un ataque llevado a cabo por las fuerzas estadounidenses en 2007 desde un helicóptero Apache en Bagdad en el que fallecieron 11 personas, incluyendo dos reporteros de Reuters.

 

El caso penal, que ha durado varios años, llegó a un sorpresivo final en un escenario de lo más inusual, cuando Assange, de 52 años, se declaró culpable ante un tribunal de distrito estadounidense en Saipán, la capital de las Islas Marianas del Norte. El territorio del Pacífico está relativamente cerca de la Australia natal de Assange y se acomodaba a su deseo de evitar pisar el territorio continental de Estados Unidos.

 

Albanese indicó que Assange le dijo en su llamada telefónica que anhelaba jugar con sus hijos, concebidos mientras su padre estuvo en un exilio autoimpuesto en la embajada ecuatoriana en Londres durante siete años.

 

“Lo describió como un momento surrealista y feliz, su aterrizaje aquí en nuestra capital nacional, Canberra”, dijo Albanese a reporteros en la Casa del Parlamento. “Tuve un diálogo muy cálido con él esta tarde. Fue muy generoso en sus elogios a los esfuerzos del gobierno australiano”.

 

La abogada Robinson dijo que “se emocionó mucho” cuando escuchó la conversación de Assange con el primer ministro.

 

“Julian le agradeció a él y al equipo, y le dijo al primer ministro que le había salvado la vida. Y no creo que haya exagerado”, dijo Robinson.

 

En las audiencias de Assange en tribunales británicos donde combatió su extradición a Estados Unidos se presentaron pruebas de su mala salud y de su posible riesgo de sufrir daños autoinfligidos en el sistema penal estadounidense.

 

 

 

AP

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