Francia busca una desescalada cautelosa y paulatina de la pandemia

Autoridades gubernamentales aseguraron que "habrá que aprender a convivir con el virus"

Francia comenzará el próximo 11 de mayo una salida paulatina del confinamiento provocado por el coronavirus, siguiendo una estrategia presentada este martes por el primer ministro, Édouard Philippe, en la que prima la cautela para evitar un rebrote.

A partir de esa fecha, cuando la población habrá cumplido ocho semanas confinada, se permitirán las salidas de los ciudadanos y se retomará de forma generalizada la actividad económica, pero se hará extremando las precauciones porque, como dijo el jefe del Gobierno, sin vacuna ni remedio, "habrá que aprender a convivir con el virus".

En una intervención ante la Asamblea Nacional, Philippe condicionó la desescalada a que la situación sanitaria del país prosiga su trayectoria positiva, a falta de lo cual amenazó con retrasar esa fecha o extremar las limitaciones.

Si se dan las condiciones, el Gobierno ha diseñado una nueva etapa basada en la protección, la detección y el aislamiento.

Para el primer fin seguirán siendo imprescindibles las medidas de higiene y distancia entre personas, al tiempo que se recomendará el uso de mascarillas que, según Philippe, estarán disponibles para todos los ciudadanos, aunque solo serán obligatorias en los transportes públicos.

El primer ministro aseguró, además, que a partir del 11 de mayo Francia tendrá una capacidad para efectuar 700.000 test semanales, que pretende aplicar a toda persona con síntomas y a quienes hayan estado en contacto con los que den positivo.

El tercer pilar será el aislamiento de todos los portadores del virus, bien en su domicilio o en hoteles que el Gobierno requisará para esos fines.

Con esa estrategia, que imita la que desde el inicio de la pandemia llevaron a cabo países como Corea del Sur, el Gobierno pretende retomar la actividad económica, algo que el primer ministro consideró "esencial" para "escapar al hundimiento".

Apertura económica

La prioridad seguirá siendo detener el avance de la pandemia, por lo que Philippe recomendó proseguir el teletrabajo para todos aquellos que puedan hacerlo e introducir medidas de protección y distanciamiento para el resto.

En los transportes públicos, donde confesó que la situación será particularmente "ardua", será obligatorio llevar mascarilla y se limitará el aforo.

Las escuelas volverán a abrir de forma paulatina a partir del 11 de mayo, se deberá respetar al máximo las medidas de protección, con un máximo de 15 alumnos por clase -diez niños en las guarderías-, y acudir a las mismas será "voluntario".

También subirán la persiana todos los comercios obligados hasta ahora al cierre por considerarse no esenciales, excepto bares y restaurantes, que deberán esperar a finales de mayo, cuando el Ejecutivo hará una nueva evaluación de la situación sanitaria antes de decidir si incrementa la desescalada o mantiene la prudencia.

El resto tendrán que limitar su aforo y garantizar que clientes y dependientes puedan mantener las distancias de seguridad para limitar los contagios.

Actividades recreativas

La prudencia del Ejecutivo se extremó en lo que se refiere a actividades lúdicas, desde espectáculos culturales, cines y teatros hasta los deportivos, cerrados en esta nueva etapa bajo la consigna de prohibir todos aquellos que reúnan a más de 5.000 personas.

Particularmente duro fue Philippe con el fútbol, que señaló de forma directa al asegurar que el campeonato no se retomará, un jarro de agua fría para una liga que buscaba ya escenarios para acabar el campeonato.

Tampoco reabrirán las playas y se prohibirán los desplazamientos de más de 100 kilómetros que no tengan un motivo familiar o profesional urgente.

Todas esas medidas se adaptarán a cada territorio en función de la incidencia que tenga la pandemia en cada uno.

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