Estados Unidos termina de construir muelle en Gaza y empieza a enviar ayuda

Los barcos dejarán la mercancía en unas instalaciones portuarias construidas por los israelíes al sur de la Ciudad de Gaza, y luego será distribuida por los grupos humanitario

El ejército de Estados Unidos finalizó el jueves la instalación de un muelle flotante para la Franja de Gaza, y las autoridades se disponen a llevar una ayuda humanitaria crucial para el enclave, más de siete meses después del inicio de la guerra entre Israel y Hamás.

 

La finalización de los trabajos pone en marcha el complicado proceso de reparto de suministros más de dos meses después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó el proyecto para ayudar a paliar el hambre entre los palestinos debido a que las restricciones israelíes en los cruces fronterizos y las violentas batallas evitan la llegada de alimentos y otros suministros a Gaza.

 

La ruta marítima, plagada de problemas logísticos, meteorológicos y de seguridad, está diseñada para aumentar la cantidad de ayuda que llega a la Franja, pero no se considera una sustituta de las entregas terrestres, mucho más baratas y, según las agencias de ayuda, mucho más sostenibles.

 

Los barcos dejarán la mercancía en unas instalaciones portuarias construidas por los israelíes al sur de la Ciudad de Gaza, y luego será distribuida por los grupos humanitarios.

 

Las autoridades estadounidenses dijeron el jueves que, en pocos días, comenzarán a llegar a las costas de Gaza hasta 500 toneladas de alimentos y que Estados Unidos se ha coordinado estrechamente con Israel sobre cómo proteger los barcos y al personal que trabaja en la costa.

 

Sin embargo, aún hay preguntas sobre cómo los grupos humanitarios trabajarán de manera segura en Gaza para distribuir los alimentos a quienes más lo necesitan, dijo Sonali Korde, asistente del administrador de la Oficina de Asistencia Humanitaria, un organismo de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que colabora en la logística.

 

“Existe un ambiente de operación muy riesgoso” y los grupos de asistencia todavía tienen problemas para obtener la autorización para sus movimientos en Gaza, dijo Korde. Las conversaciones con el ejército israelí “deben llegar a un punto donde los trabajadores humanitarios se sientan seguros y capaces de trabajar con seguridad. Y no pienso que hayamos alcanzado ese punto”.

 

Los intensos combates entre las tropas israelíes y los insurgentes palestinos a las afueras de Rafah, así como el inicio de operaciones de combate israelíes en varias partes del norte de Gaza, han desplazado a alrededor de 700.000 personas, según autoridades de la ONU. Recientemente, Israel se apoderó del crucial cruce fronterizo de Rafah en su lucha contra Hamás.

 

Oficiales del Pentágono señalan que la lucha no pone en riesgo la nueva área de distribución de ayuda en la costa, pero han dejado claro que las condiciones de seguridad serán supervisadas atentamente y que podrían provocar el cierre de la ruta marítima, aun cuando sea de manera temporal.

 

El sitio ya fue blanco de ataques con morteros durante su construcción, y Hamás ha amenazado con atacar a cualquier fuerza extranjera que “ocupe” la Franja de Gaza.

 

La “protección de las fuerzas estadounidenses que participan es altamente prioritaria. Y por ello, en las últimas semanas, Estados Unidos e Israel han desarrollado un plan de seguridad integrado para proteger a todo el personal”, dijo el vicealmirante de la Armada Brad Cooper, subcomandante del Comando Central del ejército estadounidense. “Confiamos en la capacidad de este acuerdo de seguridad para proteger a los involucrados”.

 

 

 

AP

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