Un hombre asegura que presentará una queja para pedir explicaciones. "Voy a poner una reclamación a Tarom, para exigir que me devuelvan el dinero. Nunca me había pasado algo así".
"He tenido que dormir aquí, en el aeropuerto, con mi hijo, mis hijas y tengo un bebé. Mírame a la cara, estoy muy cansado", dice otro hombre harto de la situación que se ha generado tras las cancelaciones de vuelos.
La supuesta protesta también provocó la cancelación del vuelo que debía llevar a los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa a la cumbre de la OTAN en Washington, algo que provocó el enfado del Gobierno.
Ante esta situación inesperada, el ministro de Transportes, Sorin Grindeanu, dio un ultimátum a la dirección de la compañía. El sindicato United Tarom aún no ha emitido una lista de reivindicaciones, pero sus miembros llevan un año solicitando aumentos salariales.
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