EE.UU. aprobó un test de saliva para diagnosticar el coronavirus

El nuevo método, que reduciría el riesgo de contagio para los trabajadores de salud es dirigido por la Universidad de Rutgers y está en fase de prueba

Investigadores de la Universidad Rutgers recibieron luz verde del gobierno de Estados Unidos para los primeros test de saliva que ayuden a diagnosticar el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, un nuevo enfoque que podría ayudar a ampliar las opciones de prueba y reducir el riesgo de infección en los trabajadores de salud.

La Administración de Alimentos y Medicamentos autorizó el test bajo sus poderes de emergencia para aprobar rápidamente nuevas pruebas y terapias para combatir el brote, dijo la universidad de Nueva Jersey el lunes. En un primer momento, el método estará disponible en hospitales y clínicas afiliadas a la escuela. El anuncio se produjo en un momento en el que muchas comunidades de todo el país siguen teniendo problemas para localizar y contener el coronavirus.

El sistema actual para la detección del COVID-19 requiere que el sanitario extraiga una muestra de la nariz o garganta del paciente. Para reducir el riesgo de infección, muchos hospitales y clínicas piden a su personal que tiren los guantes y mascarillas luego de estar cerca de un infectado o una persona que pueda haber contraído el virus. Y muchas instituciones tienen escasez de suministros básicos como guantes, mascarillas e hisopos.

Con la nueva prueba de saliva, los pacientes reciben un tubo de plástico en el que deben escupir varias veces. Después devuelven el tubo al trabajador sanitario para su procesamiento en un laboratorio.

“Esto evita que los profesionales de la salud tengan que enfrentarse a alguien asintomático”, señaló Andrew Brooks, director del laboratorio de Rutgers que desarrolló el test.

Un experto en enfermedades infecciosas que no participó en la nueva prueba, apuntó que ayudaría a superar las molestias y dificultades que supone para el paciente el tomar una muestra con hisopos.

Rutgers probó la precisión de su método tomando muestras de saliva e hisopos a 60 pacientes. En el 100% de los casos, ambos resultados coincidieron.

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