Tras la victoria de los partidos centristas prooccidentales y el avance de los partidos de extrema derecha en las elecciones parlamentarias del domingo, están en marcha las negociaciones para formar una coalición de Gobierno en Rumanía.
Con el 99% de los votos escrutados, los socialdemócratas (PSD) van en cabeza con el 21% de los votos, seguidos de la ultraderechista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), con el 18%.
El Partido Nacional Liberal (PNL) obtuvo el 14,6% de los votos y la Unión para Salvar Rumanía (USR), formación conservadora, el 11,1%. Marcel Ciolacu, presidente del PSD, se felicitó por su victoria, pero hizo un guiño al auge del sentimiento ultraderechista: "Los rumanos, en este momento, han dado una carta de advertencia a toda la clase política".
"Asumimos de nuevo ser una fuerza vinculante en la sociedad, volver a ser un factor de equilibrio y, como dije durante la campaña electoral, ser el adulto en la habitación en este momento", dijo Ciolacu.
Las otras dos principales fuerzas centristas y el partido político de la minoría húngara confirman que los partidos proeuropeos son mayoría, pero otros dos partidos de extrema derecha también obtuvieron avances, entrando en el Parlamento con menos del 7% de los votos cada uno.
La líder del partido Unión Salvemos Rumanía, Elena Lasconi, que obtuvo el 11,1% de los votos, declaró: "Quiero daros las gracias por no jugar a la ruleta rusa con la democracia en Rumanía y también con este sagrado derecho a votar libremente".
"Soy una firme defensora de la ley y la Constitución. Dios nos ayudará también esta vez a permanecer unidos, a luchar por la democracia y a mantener a Rusia fuera de nuestro país", dijo Lasconi, añadiendo que su objetivo sería unir a los rumanos.
El rumbo europeísta y a favor de la OTAN y Ucrania de Rumanía ha sido reafirmado por los votantes, pero el auge de los partidos nacionalistas de extrema derecha muestra que el país se enfrenta a una polarización sin precedentes.
Los resultados parlamentarios llegan justo después de la inesperada carrera hacia las elecciones presidenciales del próximo domingo, en la que se enfrentan dos outsiders, la proeuropea Elena Lasconi y el ultranacionalista Calin Georgescu, cuyo sorprendente ascenso provocó una participación récord en las elecciones parlamentarias del domingo, en lo que las fuerzas proeuropeas denominaron una votación de "emergencia nacional".
La sociedad rumana, el mayor país del flanco oriental de la OTAN y tradicionalmente un firme aliado de la Alianza, se ha visto inundada de intensas narrativas en contra de la UE y de la OTAN en las redes sociales, que comenzaron con la pandemia del virus COVID-19 y culminaron con la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.
Los analistas especulan con que el ascenso de Georgescu y de los partidos de extrema derecha podría ser también indicativo de un voto de protesta contra el 'establishment' rumano. El país sufre la tasa de inflación más alta de la Unión Europea, así como su mayor déficit presupuestario.
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