Una repentina tormenta azotó Roma el martes por la tarde, poniendo en jaque a la capital italiana y causando daños a una de las maravillas de la Antigua Roma, el Arco de Constantino.
Se trata de una obra del año 315 d.C., construida en el valle del Coliseo, en la ladera del Palatino, para celebrar la victoriosa batalla de Constantino contra Majencio en el Puente Milvio el 28 de octubre del año 312 d.C.
El monumento fue alcanzado por un rayo que provocó el desprendimiento de algunos fragmentos: "Nuestros funcionarios llegaron al lugar inmediatamente después de que cayera el rayo. Todos los fragmentos fueron recuperados y puestos a salvo", reza una nota del Parque Arqueológico del Coliseo.
Este último explicó que "la operación de recuperación llevada a cabo por los técnicos fue oportuna". Dos días antes de la tormenta habían comenzado las obras de restauración de la fachada sur del Arco.
Debido al chaparrón, las patrullas de la policía local de Roma realizaron más de un centenar de intervenciones. También fueron numerosas las de los Bomberos. Los mayores inconvenientes se produjeron en el este y el centro de la ciudad.
En el Municipio Roma I cayeron unos 60 milímetros de lluvia en menos de una hora, según una nota emitida por Protección Civil. Se trata de la misma cantidad de lluvia que en todo un mes de otoño.
Entre los daños registrados, figura el derrumbe parcial de un andamio en el interior del Circo Máximo. Inconvenientes también en el metro: cerradas temporalmente desde el martes por la tarde hasta el miércoles por la mañana algunas paradas de la línea A. Inundaciones también en el interior del hospital Santo Spirito, en el centro de la capital. Varias líneas de autobús fueron desviadas a rutas alternativas.
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