El laboratorio ruso Vektor se halla ubicado en la zona de Novosibirsk, en Siberia, que en tiempo de la Unión Soviética era una base para crear armas biológicas. Hoy ha creado una de las vacunas contra el COVID-19 y anunciaron que investigarán paleovirus en restos de animales extintos hallados en esa área del país euroasiático.
De esta manera develaron sus intenciones de extraer, catalogar y estudiar virus antiguos en los restos fósiles que se encuentran conservados por el permafrost siberiano. Un proyecto ambicioso de esta casa científica.
La investigación, que cuenta con la cooperación de la Universidad Federal de Yakutsk, ha iniciado analizando los restos de un caballo de la edad de hielo descubierto en 2009 en Yakutia. Luego, continuarán con otros animales prehistóricos que fueron encontrados en esa región rusa.
El calentamiento global está derritiendo el hielo en Siberia, y esto ha permitido a paleontólogos descubrir con más facilidad especies conservadas de eras antiguas. Pero estos estudios del laboratorio Vektor están causando preocupación en epidemiólogos, que temen que patógenos peligrosos para los seres humanos sean liberados de esos cadáveres, y con justa razón la advertencia porque el tema de la pandemia de coronavirus los ha tenido alertados.
Sin embargo, su trabajo actual podría tener la clave para luchar contra futuras pandemias. Cabe recordar que este laboratorio es creador del EpiVacCorona, uno de los antídotos autorizados en Rusia contra el COVID-19, cuya producción comienza este mes de febrero.
Juan Afonso