Se registró un ataque a instalaciones cercanas a las ciudades de Yelábuga y Nizhnekamsk, ubicadas a unos 1.200 kilómetros al este de Ucrania, hirió a 12 personas, según Rusia.
Se trata del ataque ucraniano de más profundidad en el interior de Rusia, 1.200 kilómetros más allá de la frontera, desde que comenzó la invasión hace dos años. En los últimos meses, las refinerías y terminales petroleras rusas se han convertido en objetivos prioritarios de los ataques con drones ucranianos.
Los desarrolladores ucranianos de drones han estado ampliando el alcance de las armas durante meses, mientras Kiev intenta compensar así su desventaja en armas y tropas en el campo de batalla. Los vehículos aéreos no tripulados también son una opción asequible mientras Ucrania espera más ayuda militar occidental que tarda en llegar.
Ninguna de las partes tiene actualmente la capacidad de modificar sustancialmente la línea del frente de batalla que se extiende unos mil kilómetros.
Funcionarios de seguridad e inteligencia ucranianos dijeron que atacaron un “sitio de producción de drones” en Yelábuga, Tartaristán, utilizando drones de largo alcance producidos en Ucrania. Tartaristán es conocido por su alto nivel de industrialización y, según se informa, una fábrica cerca de Yelábuga ha construido drones explosivos tipo Shahed de diseño iraní.
Funcionarios ucranianos también dijeron que los servicios de inteligencia estuvieron involucrados en un ataque nocturno a la refinería de petróleo de Nizhnekamsk.
Normalmente Ucrania no se atribuye acciones militares en suelo ruso y en Kiev normalmente declinan hacer comentarios sobre los ataques, aunque a veces se refieran a ellos de manera indirecta. Las refinerías son objetivo persistente de los ataques de Ucrania.
Euronews
