Según Moscú, se trata de un joven uzbeko, de 29 años, que habría sido reclutado por los servicios especiales ucranianos.

Geir Pedersen reclama el fin de la violencia para las facciones kurdas del noreste, enemigas del principal aliado de la nueva administración islamista: Turquía

Tras concluir su primera visita a Damascotras la caída del régimen de los Al Assad y reunirse con la nueva administración islamista, el enviado de Naciones Unidas en Siria, Geir Pedersen, ha vuelto a repetir que el país necesita "una transición política que sea creíble, inclusiva e incluya a toda la sociedad y los partidos sirios".

 

En declaraciones realizadas este miércoles, Pederson ha dejado claro que la ONU quiere que el proceso de transición se lleve a cabo en conformidad con las resoluciones adoptadas en 2015 por este organismo. En aquel momento, la resolución se aprobó para intentar alentar una negociación entre el Gobierno del depuesto Bashar al Assad y las diferentes facciones de rebeldes que combatían por todo el país.

 

"Hay muchas esperanzas de que podamos ver el comienzo de una nueva Siria que esté en línea con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad, que adopte una nueva Constitución que garantice un nuevo contrato social para todos los sirios. Y que tengamos elecciones libres y justas", ha dicho el diplomático noruego. "Hemos expresado a la nueva administración que la ONU está aquí para ayudar y que esperamos una cooperación estrecha donde podamos avanzar en todos los temas críticos para Siria", ha agregado.

 

Aún no está claro si Hayat Tahrir al Sham, o HTS, el grupo rebelde islamista que ahora controla Siria, seguirá ese proceso, aunque ha dado señales iniciales de que se plantea mantener cierta apertura: su líder solicitó durante los primeros rezos colectivos en la capital tras la caída del régimen "celebrar pacíficamente" los hechos; ha permitido el acceso de los periodistas al país sin vetos y mantiene al primer ministro sirio (antiguo títere político de Al Assad) hasta la celebración de nuevas elecciones. El grupo ha establecido una administración interina que incluye a miembros de su antiguo bastión en el norte de Siria.

 

HTS supervisará el país hasta marzo, pero el nuevo gobernante Ahmed al Sharaa (conocido también por su nombre de guerra, Mohammed al Jolani), no ha dejado claro cómo se llevará a cabo la transición a un nuevo gobierno con plenos poderes.

 

Pese a la alegría generalizada de la población siria por la caída de Al Assad -despreciado por polos opuestos de la sociedad, desde el Estado Islámico a los sirios prodemocráticos que originaron las protestas de la Primavera Árabe-, hay una facción de rebeldes que no tiene mucho por lo que felicitarse: los kurdos al norte del país.

 

El gran apoyo diplomático y militar de HTS, Turquía, no reconoce la existencia de esta minoría étnica transfronteriza que aboga por un Estado propio. Los kurdos son uno de los pueblos indígenas de las llanuras y tierras altas de la antigua Mesopotamia, que actualmente comprende el sureste de Turquía, noreste de Siria, norte de Irak, noroeste de Irán y suroeste de Armenia. Se estima que entre 25 y 35 millones de kurdos habitan esta región montañosa, convirtiéndolos en el cuarto grupo étnico más grande de Oriente Medio.

 

Geir Pedersen ha advertido sobre la violencia en curso contra las fuerzas kurdas y ha pedido el acceso de asistencia humanitaria en la zona. "El conflicto aún no ha terminado. Sí, hay estabilidad en Damasco, pero hay desafíos pendientes en muchas áreas. Y, por supuesto, uno de los mayores desafíos es la situación en el noreste", ha declarado.

 

El enviado especial de la ONU ha pedido el inicio de un proceso para poner fin a las sanciones occidentales vigentes en Siria, mientras muchos negocios históricos comienzan a reabrir sus puertas tras el fin de la autarquía impuesta por Al Assad.

 

Al Assad huyó del país a principios de este mes, poniendo fin de manera dramática a su lucha de casi 14 años por mantener el control mientras su país se fragmentaba en una brutal guerra civil.

 

 

 

Euronews

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