Pasaron a juicio a siete adolescentes por las protestas tras las elecciones

El miércoles 2 de octubre, tras más de dos meses detenidos, Ramos Castillo acabó con las esperanzas de los familiares de los jóvenes detenidos, que esperaban salir con ellos del Palacio de Justicia de Carabobo, en Valencia


El gobierno de Nicolás Maduro pasó a juicio a siete menores de edad, de entre 15 y 17 años, a los que obligó, mediante torturas, tratos crueles e inhumanos, a grabar videos en los que se declaraban culpable de los presuntos delitos de terrorismo, incitación al odio, obstrucción de la vía pública y resistencia a la autoridad.

 

En el estado Carabobo, a poco más de dos horas de Caracas, la jueza Keidimar Ramos Castillo, titular del Tribunal Segundo con competencia en Terrorismo, llevo a cabo la audiencia preliminar telemática de los siete adolescentes detenidos entre el 29 y 30 de julio, en el marco de la brutal ola de represión que desató el chavismo tras las manifestaciones espontáneas en rechazo al fraude electoral.

 

El miércoles 2 de octubre, tras más de dos meses detenidos, Ramos Castillo acabó con las esperanzas de los familiares de los jóvenes detenidos, que esperaban salir con ellos del Palacio de Justicia de Carabobo, en Valencia.

 

La jueza le habría ofrecido a los adolescentes una tentadora oferta: si se declaraban culpables, solo pagarían una pena de seis años y ocho meses, sin beneficios procesales, de acuerdo con la reseña del medio regional El Carabobeño. Si se negaban, todos pasarían a juicio con la amenaza de una pena de 10 años de prisión, que habría pedido la Fiscalía para los menores de edad.

 

"Ninguno aceptó, por lo fueron pasados a juicio, sin ninguna posibilidad de beneficios", subraya el medio venezolano.

 

Este grupo de jóvenes, que pasaron a juicio por terrorismo, un delito que ni siquiera llegan a comprender, sufrieron torturas en los centros de reclusión a los que fueron enviados, de acuerdo con las denuncias de sus familiares.

 

Los siete, entre los que se encuentra una joven de 16 años, a la que un militar le ofreció tener relaciones sexuales al momento de su detención para liberarla, fueron obligados a grabar un video en el que admitían haber recibido un supuesto pago de 30 dólares por protestar, aunque ninguno de ellos fue detenido en una manifestación.

 

"Lo hicieron luego de varios días de recibir golpes, tantos que algunos perdieron piezas dentales. Otro tiene las tetillas quemadas, porque le pusieron electricidad. Ninguno de los exámenes forenses exigidos por los familiares se realizó", menciona el medio.

 

"A mi hijo lo detuvieron en una cancha en la que jugaba béisbol, tenía 15 años, cumplió los 16 en agosto y ni siquiera pude abrazarlo", dijo una de las madres consultadas por El Carabobeño.

 

La detención de su hijo fue grabada por los vecinos. En las imágenes, se evidencia cómo funcionarios lo patean en el piso, hasta que el joven se levanta y sale corriendo. "El policía dice mátalo, mata al de gorra y mi hijo grita soy menor, soy menor", relata.

 

El hijo de esta mujer tendría que cursar quinto año de bachillerato. Su madre lo inscribió y, esperanzada, compró los útiles escolares para que se incorporara al colegio en el nuevo inicio escolar que arrancó esta semana, con una deserción de casi tres millones de estudiantes, según la Federación Venezolana de Maestro.

 

El futuro de su hijo, un joven prospecto del béisbol, hoy está en riesgo. "Pasó para quinto año de bachillerato, es prospecto del béisbol, este año venían de los grandes equipos a verlo. Tenemos todas las atenuantes para que les otorgaran una cautelar que le permitiera seguir con sus estudios y su vida (...) Tenía la esperanza de que me lo entregaran para llevarlo al colegio. El está deprimido, cada vez que me ve me dice: ¿Mamá pero por qué yo estoy aquí si yo no he hecho nada? Él es un niño, tiene tanta depresión que no se quiere ni bañar, yo le llevo la comida y la regala porque no quiere comer", narró la mamá entre lágrimas.

 

La vida de estos adolescentes y de sus familiares fueron trastocadas por la dictadura chavista, que ha instaurado un terrorismo de Estado en el país suramericano, denunciado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). "No puedo trabajar, no como, no duermo, porque no tengo vida, porque mi hija y yo estamos presas, igual que mi hijo", señala esta madre.

 

En este grupo también se encuentra un niño que fue seleccionado por la Asociación de Tenis de Mesa para representar a Carabobo en los juegos juveniles, y un joven de 16 años que es músico y compositor, que fue detenido junto a un amigo cuando caminaba hacia su casa, luego de sus ensayos musicales.

 

Otro de los casos es el de la joven de 16 años que apresaron cuando iba a comer perros calientes con tres amigos. Los cuatro fueron llevados a la base militar Fuerte Paramacay, en Naguanagua, Carabobo. Allí, un hombre con uniforme militar le propuso dejarla en libertad a cambio de mantener relaciones sexuales, pero al no conseguirlo, le quitó su teléfono, la golpeo y la obligó a grabar un video.

 

"Mi hija tenía pestañas postizas y se las arrancaron (...) Con las costillas y brazos golpeados la metieron en un cuarto lleno de piedras, junto a otros detenidos. Duró tres días sin comer ni tomar agua. Hoy está junto a mujeres mayores de edad presas por diferentes delitos, que la han golpeado. Una vez intentó suicidarse y hace unos días me dijo que está cansada de estar allí, que no quiere seguir así", cuenta su madre.

 

 

 

 

Diario Las Américas

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