La Unión Europea ofrecerá un préstamo de 35.000 millones de euros para apoyar la economía y el Ejército ucranianos, mientras el país, devastado por la guerra, lucha por resistir una renovada ofensiva rusa que ha dañado gravemente la infraestructura energética y ha hecho avances territoriales en el este.
El préstamo fue anunciado por Ursula von der Leyen el viernes durante su visita a Kiev. "Los incesantes ataques rusos hacen que Ucrania necesite el apoyo continuado de la UE", declaró la presidenta de la Comisión Europea. "Esta es otra importante contribución de la UE a la recuperación de Ucrania".
El compromiso representa la parte correspondiente a la UE del plan de 50.000 millones de dólares (46.000 millones de euros) que los aliados del G7 habían prometido en su cumbre de junio, utilizando como garantía los activos inmovilizados de Rusia.
La idea original era que la UE y EE.UU. aportaran 20.000 millones cada uno, mientras que Canadá, el Reino Unido y Japón comprometerían los fondos restantes. Pero la iniciativa del G7 se ha empantanado en conversaciones técnicas entre funcionarios de la UE y EE.UU., sin que se vislumbre una solución fácil.
Dado que las sanciones de la UE sobre los activos deben renovarse cada seis meses por unanimidad, la Casa Blanca teme que Hungría, el Estado miembro más favorable a Rusia, pueda un día ejercer su derecho de veto, descongelar el dinero y hacer que se deshaga todo el préstamo, dejando a los aliados occidentales que paguen la factura de los reembolsos con sus presupuestos nacionales.
La semana pasada, la Comisión presentó a los Estados miembros tres opciones para garantizar la previsibilidad a largo plazo de las sanciones, con periodos de renovación que oscilan entre 36 meses y cinco años. Pero pocos días después, Hungría dejó claro que no seguiría adelante con el plan hasta las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre.
La falta de consenso dificulta a Bruselas dar a Washington las garantías jurídicas que necesita. Debido a los riesgos financieros asociados a la operación, el Congreso estadounidense deberá aprobar financiación adicional, algo poco probable.
Con la situación en Ucrania cada vez más grave y el temor creciente a una crisis humanitaria en invierno, la Comisión está intensificando las cosas y aumentando su participación a 35.000 millones de euros en un intento de disipar las preocupaciones de la Casa Blanca.
La propuesta de Von der Leyen utilizará el multimillonario presupuesto del bloque como garantía financiera y depende de una mayoría cualificada de los Estados miembros para salir adelante, saltándose así las amenazas de veto de Hungría. Los detalles del plan de la Comisión no estaban disponibles de inmediato.
Antes de su visita a Kiev, von der Leyen anunció un paquete de ayuda de 160 millones de euros para Ucrania, con 100 millones respaldados por los activos congelados de Rusia para reparar centrales eléctricas e impulsar las renovables, ofreciendo 2,5 gigavatios de capacidad.
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