El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dice que recomienda al Consejo de Ministros que apruebe la propuesta de alto el fuego de Hezbolá. La propuesta se produce después de una jornada en la que Israel ha intensificado los ataques en Líbano. El gabinete ha aprobado la propuesta de 60 días.
El martes por la tarde, una gran explosión provocó una densa columna de humo blanco sobre la provincia de Tiro, en el sur de Líbano. Este suceso se produjo tras los ataques aéreos de aviones de guerra israelíes, que alcanzaron 20 lugares diferentes en un lapso de dos minutos, incluidas zonas del centro de Beirut, poco después de que se emitiera una alerta de evacuación.
Las Fuerzas de Defensa de Israel(IDF) informaron de que los siete edificios alcanzados en los ataques aéreos estaban supuestamente asociados con Hezbolá, supuestamente utilizados para la gestión financiera y el almacenamiento. Los ataques causaron la muerte de tres personas y heridas a otras 26 en el centro de Beirut, donde los residentes locales afirmaron que los edificios eran residenciales.
En respuesta, Hezbolá comenzó a lanzar ataques contra el norte de Israel, supuestamente para mostrar su solidaridad con los palestinos, justo un día después de que Hamás ejecutara su ataque el 7 de octubre de 2023, que condujo a la invasión de Gaza. Desde entonces, ambas partes se han enzarzado en un continuo intercambio de disparos.
A principios de septiembre, Israel intensificó su campaña de bombardeos y desplegó tropas en Líbano, con la promesa de detener los ataques de Hezbolá. Según las autoridades sanitarias libanesas, más de 3.760 personas, muchas de ellas civiles, han muerto a causa de los ataques israelíes en Líbano durante el último año.
Los bombardeos en curso han desplazado de sus residencias a 1,2 millones de personas. Israel afirma haber eliminado a más de 2.000 miembros de Hezbolá. Las acciones de Hezbolá han obligado a unos 50.000 israelíes a evacuar sus hogares en las regiones septentrionales, y sus cohetes llegan hasta el sur de Tel Aviv. Al menos 75 personas han perdido la vida, más de la mitad civiles. Además, más de 50 soldados israelíes han muerto en operaciones terrestres en Líbano.
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