Venezuela con el chavismo tuvo un férreo control cambiario desde el año 2003. Es decir, 16 años sin que un venezolano pudiera conseguir divisas en alguna casa de cambio. Había que pedírselas al Estado desde esquemas como Cadivi, Sicad o Dicom, sistemas que representaron mucha corrupción.
Nicolas Maduro negaba que se aplicaría una dolarización en el país e intentó paliar la hiperinflación con una reconversión monetaria que fracasó, y puso en circulación una criptomoneda de dudoso valor, hasta que en una entrevista agradeció que el dólar estuviera circulando como lo hace en Venezuela; con gente que busca proteger sus ahorros y estirar las compras de algún modo.
El chavismo derogó una ley que prohibía negocios en moneda extranjera y ahora la moneda estadounidense tiene más circulación que el bolívar. Incluso, el euro ganó terreno.
Según explica el economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, dijo que no hay una dolarización formal, como la que estableció Ecuador, sino "una dolarización transaccional", gracias a que el Estado permite que se hagan operaciones con divisas.
Negó que el bolívar haya dejado de existir, pero evidentemente la gente preferirá la moneda dura a la hora de ser remunerada. Ecoanalítica estudió que el 53,8% de las operaciones hechas en octubre se hicieron en divisas, porcentaje que en ciudades como Maracaibo superó el 80 % de las transacciones registradas. Este uso se notó más con la crisis eléctrica que azotó más a esta ciudad.
Con esto, Oliveros dijo que Venezuela aún no ha dejado la hiperinflación y sostiene que la inflación al terminar el año será de cinco dígitos.
