La crisis económica de Venezuela está afectando a los niños del país, que enfrentan un riesgo creciente de desnutrición ya que los alimentos básicos están cada vez más fuera del alcance de muchas familias.
El sistema de salud pública, en el que escasean los medicamentos y otros suministros básicos, no puede proporcionar mucho apoyo, y los grupos no gubernamentales luchan para cerrar la brecha.
El presidente Nicolás Maduro atribuye la crisis y la carestía de alimentos a las sanciones impuestas por Estados Unidos que buscan presionar su salida del poder.
El mandatario, acusado de permitir abusos de derechos humanos, a menudo dice que los medios extranjeros y las organizaciones humanitarias exageran los problemas de Venezuela.
La falta de una nutrición adecuada retrasa el crecimiento, disminuye el desarrollo cognitivo y causa traumas físicos y emocionales entre cientos de miles de jóvenes venezolanos. Como resultado, los médicos y otros expertos en salud argumentan que Venezuela se enfrenta a una generación de jóvenes que nunca alcanzarán su máximo potencial físico o mental.
Entre 2013 y 2018, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el 13% de los niños del país sufrían de desnutrición. Caritas, en un reciente estudio realizado en cinco estados venezolanos y en Caracas, descubrió que el 16% de los niños menores de cinco años sufren de desnutrición aguda y que casi el doble de los menores evaluados por la organización, sufren bajas tasas de crecimiento para su edad.
Aunque las Naciones Unidas y otras agencias importan algo de ayuda alimentaria y nutricional, no es suficiente para las necesidades de Venezuela y la asistencia no siempre llega a donde más se necesita.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU recaudó solo un tercio de los 222,7 millones de dólares que aspiraba conseguir para Venezuela en la segunda mitad de 2019, según datos oficiales de Naciones Unidas.
El Ministerio de Información de Venezuela, responsable de las comunicaciones gubernamentales, incluidas las del Ministerio de Salud, no respondió a las solicitudes de comentarios.
El informe anual del Ministerio de Salud de 2016, el último que publicó, celebró los avances en nutrición desde la década de 1980 y dijo que la desnutrición infantil “ha dejado de ser un problema de salud pública”.
Fuente: Reuiers