¿Cómo el atentado de Hamás en Israel ha desencadenado un conflicto a gran escala en la región?

Los israelíes han apodado al 7 de octubre el 'Sabbat negro'. Desde el atentado de Hamás en 2023, los acontecimientos en Oriente Próximo se han descontrolado e Israel está librando una guerra en siete frentes que amenaza con desbordar Oriente Próximo

Tras la brutal incursión de militantes de Hamás en Israel el 7 de octubre del año pasado, el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha intensificado drásticamente su respuesta militar.

 

La magnitud del ataque sorpresa de Hamás, el número de personas muertas y secuestradas no tenía precedentes y en sólo unas horas dejó al descubierto a los israelíes lo vulnerable que podía ser su país.

 

La respuesta militar israelí fue inmediata y el Gobierno esbozó una serie de objetivos, el más inmediato de ellos era eliminar por completo a Hamás en Gaza, el grupo militante que Israel considera una amenaza para su propia existencia.

 

Otro era liberar a los rehenes israelíes de Gaza. Durante la incursión israelí, Hamás capturó a unas 250 personas y se las llevó de vuelta a Gaza. Pero un año después, ¿ha logrado Israel alguno de sus objetivos operativos, estratégicos y políticos?

 

Un año después, El Ejército israelí (Fuerzas de Defensa de Israel -FDI-) sigue combatiendo en Gaza, sufriendo bajas casi a diario, mientras que miles de civiles palestinos, entre ellos mujeres y niños, han muerto.

 

El 30 de mayo de este año, las FDI tomaron el control del Corredor Filadelfia, una franja de 14 kilómetros que se extiende desde el mar Mediterráneo hasta Israel y bordea la frontera con Egipto. Según Israel, controlar esta línea de territorio es crucial para asfixiar a Hamás cortando sus líneas de suministro de armamento que llegan a Gaza a través del paso fronterizo de Rafah con Egipto.

 

Pero el hecho de que Israel se hiciera con el control del corredor despertó inquietud en Estados Unidos y algunos países europeos. Les preocupaba la presencia de las FDI en la zona, una violación de los Acuerdos de Camp David de 1978, negociados por Estados Unidos, que establecieron la paz entre Israel y Egipto. Egipto, Catar y algunos otros Estados árabes que reconocen diplomáticamente a Israel le han pedido que retire sus tropas.

 

El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Badr Ahmed Mohamed Abdelatty, acusó a Israel de "utilizar el hambre como arma para obligar a la población a abandonar Gaza". Israel ha tomado el paso fronterizo de Rafah para impedir que las Organizaciones Internacionales entreguen ayuda humanitaria, dejando a los gazatíes sin alimentos ni medicinas suficientes".

 

Pero que Israel mantenga una presencia militar constante a lo largo del corredor Filadelfia y del corredor Netzarim, la zona de ocupación que las FDI establecieron y que divide Gaza por la mitad, es una de sus condiciones para un alto el fuego duradero en Gaza.

 

El grupo militante libanés Hezbolá, ideológicamente afín a Hamás, también exigió a Israel que se retirara de la zona próxima al paso fronterizo de Rafah. A cambio, detendría el intercambio de disparos casi diario con las fuerzas israelíes en el norte. Esa propuesta fue rechazada. La cuestión del corredor Filadelfia es el puente estratégico que conecta la guerra en Gaza con la escalada del conflicto en Líbano.

 

Un año después de que estallara la guerra en Gaza, se ha abierto un nuevo frente, a lo largo de la frontera norte de Israel con Líbano, donde ahora está inmerso en un conflicto con Hezbolá. Israel y Hezbolá han intercambiado fuego transfronterizo casi a diario desde octubre del año pasado, pero en las últimas semanas esas hostilidades han empeorado.

 

El fuego transfronterizo se ha vuelto más intenso y el 30 de septiembre Israel lanzó lo que denominó una ofensiva terrestre selectiva en territorio libanés para erradicar y eliminar combatientes y posiciones de Hezbolá.

 

Más de 600 miembros de las Fuerzas de Seguridad israelíes han perdido la vida en una cruenta guerra urbana en Gaza. Y según el Ministerio de Sanidad, dirigido por Hamás, han muerto más de 41.000 palestinos. Pero el ministerio no distingue entre civiles y combatientes en su recuento.

 

Un año de guerra ha diezmado Gaza. Franjas del territorio no son más que montones de escombros y las personas que aún viven allí están amenazadas por el hambre y las enfermedades.

 

 

 

Euronews

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