Aumenta la violencia relacionada con las drogas en la capital de Bélgica

El país europeo es uno de los centros neurálgicos del tráfico de drogas en Europa

"Llevamos año y medio viviendo un infierno en este barrio", dice Anwar, vecino de Saint-Gilles, un municipio del sur de Bruselas.

 

En su smartphone aparecen decenas de fotos y vídeos compartidos por los vecinos. Escenas de tráfico o consumo de drogas en plena calle, a la vista de los transeúntes. Jeringuillas y pipas de crack en los vestíbulos de los edificios. Cristales y parabrisas de coches destrozados. Los vídeos muestran el acoso a una joven por un hombre visiblemente bajo los efectos de las drogas, individuos que se asoman a los coches aparcados y defecan en las aceras, y daños en el mobiliario urbano.

 

Condena la creciente inseguridad y el deterioro delas condiciones de vida. "Hemos empezado a ser acosados en la calle, con gente que hace desvíos para evitar pasar por ciertos lugares. Tememos por nuestras familias en el metro porque hay mucha gente disparando", dice este padre de familia que, como muchos de sus vecinos, se plantea cambiar de casa.

 

Junto con otros vecinos, el de Saint-Gillois ha lanzado una petición y se ha dirigido a su ayuntamiento. Espera "soluciones concretas" de los poderes públicos.

 

"Estoy a favor de la solidaridad, estoy a favor de ayudar a la gente a salir de su adicción. Pero al mismo tiempo, también estoy a favor de la seguridad de los residentes locales, que en estos momentos sufren angustia psicológica y tienen miedo de salir de sus casas". Anwar, vecino de Saint-Guillois

 

Bélgica es uno de los centros neurálgicos del tráfico de drogas en Europa. La estadística se repite a menudo: sólo se incauta el 10% de la droga que pasa por el puerto de Amberes, una de las principales puertas de entrada de la droga en el continente. 

 

 

Euronews

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