Chile comenzó este viernes la entrega de 2,5 millones de cajas de alimentos y productos de limpieza para tratar de frenar los estragos económicos que el COVID-19 está provocando en las familias más vulnerables del país.
"La pandemia sanitaria del coronavirus y la pandemia social de la recesión mundial están afectando gravemente la salud de nuestros compatriotas, pero también los empleos y los ingresos de todas las familias chilenas", dijo el presidente Sebastián Piñera.
Las canastas, que incluyen 35 productos no perecederos como legumbres, leche, aceite, conservas y jabón, se repartirán este viernes en tres barrios de la capital (Quinta Normal, Estación Central y Santiago Centro), pero el fin de semana se extenderán a otras zonas de la ciudad, que es el principal foco de la pandemia.
"El programa va a llegar a todas y cada una de la comunas (barrios) de nuestro país (...) Puede que falten muchos productos en esta canasta, pero no sobra ninguno", indicó el mandatario conservador.
La semana pasada se produjeron las primeras protestas por falta de alimentos y trabajo en El Bosque, un barrio popular de la periferia sur de Santiago, y se registraron duros enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, reavivando escenas propias del estallido social del año pasado.
"He escuchado voces críticas, algunos porque vamos demasiado rápido, otros porque vamos demasiado lento y otros porque nada es suficiente, prefiero quedarme y agradecer a todos los que están colaborando para que esta campaña llegue a buen puerto", agregó Piñera.
Las canastas de alimentos forman parte de un plan social más ambicioso para atender a las familias más afectadas por la crisis e incluye también un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) equivalente a 317 dólares para 4,5 millones de pobladores, que aún no se ha entregado, además de otro bono de 60 dólares.
