Sao Paulo: la cuna de la indigencia en Brasil

La cifra global supone un aumento de un 53 % con respecto a 2015

Al menos 24 mil personas carecen de un techo fijo en la mayor urbe de Suramérica, donde los considerados sin abrigo aumentaron un 53 % en el último lapso.

Tal es el caso de Djalma Salles de 24 años de edad, en 2011 tomó la decisión de mudarse de Bahía e instalarse en Sao Paulo en busca de trabajo y una mejor vida, pero pronto se encontró viviendo en las calles de la ciudad más rica de Brasil.

"Cuando estás en la calle, tienes hambre, sed, frío. Te pones enfermo a menudo, pues vives bajo la lluvia. Te sientes avergonzado, humillado, porque si quieres un plato de comida tienes que pedírselo a alguien", cuentó Salles a Efe.

Según un censo realizado por la Alcaldía de Sao Paulo, 24.344 personas carecen de vivienda en la megalópolis, que alberga a unos 12 millones de habitantes y está considerada la mayor de Suramérica.

De entre los 24.000 sin un techo fijo, 11.600 cuentan con un albergue, otros se encuentran en busca de cobijo y el resto, que representan más de la mitad, viven directamente en la calle. La cifra global supone un aumento de un 53 % con respecto a 2015, cuando había 15.905 personas censadas.

Diversas ONG, apuntan que el número de personas viviendo en las calles podría ser mucho mayor, ya que el estudio llevado a cabo por la Alcaldía no considera chozas construidas de forma improvisada como ausencia de hogar.

Salles logró pasar de las aceras a los centros de acogida. Desde el pasado octubre, vive en el Arsenal de la Esperanza, gestionado por el Consistorio.


 

Si no se tiene trabajo, las cosas salen mal


Por su parte, Paulo Albuquerque  de 33 años ,solía ser vigilante nocturno en Vitoria da Conquista, un pequeño municipio de Bahía localizado más de 1.500 kilómetros de distancia de la capital paulista, pero lo despidieron y tomó la misma decisión que Salles, mudarse a Sao Paulo.


"Me echaron y vine a Sao Paulo a trabajar en las obras de (la iglesia) Templo de Salomón. Pero después no encontré otros trabajos y vivo de albergue en albergue desde entonces", afirmó.

Asimismo, explicó que en su tierra natal la "vida era buena", pues tenía "un empleo, una casa alquilada y pagaba todas las cuentas".

 

"Pero todo se estropeó cuando perdí el trabajo. Y si uno no tiene trabajo, las cosas empiezan a salir mal", lamentó.

En sus primeros meses en Sao Paulo, Albuquerque solía recorrer las calles de la ciudad en búsqueda de un techo para pasar la noche, pues no podía pagar un alquiler ni contaba con una plaza fija en un albergue público.

 

EFE

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