Gobierno español estudia declarar el estado de alarma

La medida busca imponer el toque de queda y frenar la segunda ola de COVID-19 que azota al país

El gobierno español y las autoridades de Madrid informaron que están estudiando la posibilidad de un toque de queda como parte de las nuevas medidas para frenar la segunda ola de contagios de coronavirus.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, declaró este martes que la segunda ola “no es una amenazada sino que ya es una realidad” en el continente, por lo que pidió estar “en guardia y en alerta”, ya que se aproximan semanas “muy duras”.

Las autoridades de Madrid, que semanas atrás se habían mostrado reticentes a los confinamientos y controles, expresaron que “no verían mal” un toque de queda para restringir la movilidad, según afirmó el consejero de Sanidad de la región, Enrique Ruiz Escudero. Además, remarcó que la medida debe ser tomada por el gobierno central y con aplicación para todo el territorio español. “Todo lo que vaya en el sentido de restringir la movilidad hay que estudiarlo”, sostuvo.

Respecto a esta medida, Illa señaló que ha sido tomada por países que muestran incidencias de contagios similares o incluso inferiores a las que reporta actualmente España, como Francia o Bélgica.

“Las medidas urgentes se han tomado con urgencia. Hemos de valorarlo (...) Vamos a analizar las alternativas que se plantean al estado de alarma para mantener la base legal que permita tomar medidas que rebajen la incidencia acumulada”, explicó, recalcando que se necesitaría confirmar el apoyo de otras fuerzas políticas.

El periódico El País informó que, según fuentes del Ejecutivo, el toque de queda sería desde la medianoche hasta las 6 de la mañana, para mantener la actividad de bares y restaurantes, pero evitando fiestas privadas y los “botellones” (reuniones en espacios públicos con alcohol de por medio).

Ante la virulencia de la segunda ola del coronavirus en un país que ya figuraba entre los más castigados de Europa, los habitantes de Madrid y ocho municipios aledaños están bajo confinamiento perimetral desde principios de octubre. Los habitantes de estas ciudades no pueden entrar o salir de ellas excepto para ir a trabajar o estudiar u otros motivos justificados. Además, los horarios y el aforo de bares y restaurantes se han recortado.

Otras ciudades del país, como Salamanca o Burgos, están bajo medidas similares. La región de Navarra, con una población de 660.000 habitantes, sera sometida a la misma medida a partir del jueves.

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