Gobierno de Francia ordenó la cuarentena obligatoria por 15 días

El presidente Emmanuel Macron anunció también el cierre de las fronteras y pospuso la segunda vuelta de las elecciones municipales

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este lunes una serie de muy duras medidas para hacer frente al brote de coronavirus, cuyo nuevo foco se encuentra en Europa, y declaró que su país estaba “en guerra” contra la pandemia.

“Estamos en guerra, en una guerra sanitaria. Es cierto que no luchamos ni contra un Ejército ni contra una nación, pero el enemigo está ahí, invisible y evasivo, y avanza. Esto requiere nuestra movilización general”, destacó en una declaración televisada a la nación.

Hasta el momento se han registrado 6.650 casos positivos de coronavirus en Francia, con 148 muertos.

Entre las medidas se incluye una cuarentena obligatoria por 15 días, prohibiendo todo movimiento “no esencial” y obligando a las personas a permanecer en casa. También se establecerán castigos para quienes no lo cumplan.

En este contexto el ejército será movilizado para ayudar en el transporte de los enfermos, y se montará un hospital militar en Alsacia, cerca e la frontera con Alemania.

Esta y otras fronteras de Francia serán, además, cerradas, como ya está ocurriendo con otros países europeos.

Finalmente Macron anunció que se retrasa la segunda vuelta de las elecciones municipales realizadas ayer y previstas para este domingo, aunque no precisó cuándo se volverán a celebrar.

A partir del martes al mediodía, ya no se permitirán las reuniones familiares ni de amigos y se restringirán los desplazamientos a aquellos por motivos laborales, médicos o para comprar alimentos.

La movilización también será económica: según Macron, se creará un Fondo de Solidaridad para ayudar a los empresarios y se va a poner en marcha un “dispositivo excepcional” de aplazamiento de los cargos sociales y fiscales, además de una garantía del Estado de 300.000 millones de euros para los préstamos bancarios contraídos por las pequeñas empresas.

“Ninguna empresa será abandonada al riesgo de quiebra”, prometió Macron en su alocución.

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