Hay pueblos de Europa que necesitan ser repoblados o se convertirán en auténticos pueblos fantasma. Algunas localidades optaron por regalar casas, siempre y cuando estas sean remodeladas, y otras pagan a la gente para que acuda a vivir.
Del segundo grupo tenemos al pueblo de Santo Stefano di Sessanio, una localidad medieval de la región de Abruzzo, Italia, que actualmente tiene 115 habitantes, de los cuales, la mitad son jubilados y menos de 20 niños.
Otra particularidad de este pequeño poblado es que se sitúa a 1.250 metros sobre el nivel del mar y está dentro del parque nacional Gran Sasso e Monti della Laga. Las autoridades locales pagarán hasta €8 mil anuales para quienes vivan allí. Incluso, se pagará una cuota única de €20 mil para quien quiera emprender algún negocio empresarial y una propiedad por un alquiler simbólico, pero no se especificó de cuánto sería.
Los pagos se darán durante tres años.
Según el alcalde Fabio Santavicca, la idea es que el pueblo siga con viva, no es un tema de negocios.
Requisitos
Hay una serie de requisitos que se piden para quienes quieran participar en esta interesante propuesta:
- Debes ser residente de Italia, o ser apto legalmente para vivir en el país, y tener 40 años o menos. Pueden ser también residentes de algún país de la Unión Europea o tener derecho a permanecer en esos territorios por tiempo indefinido.
- Si son residentes italianos, deben venir de una zona que tenga más de 2 mil habitantes.
- Para el tipo de negocio, se requiere que sea de estos ramos: guías, personal de la oficina de información para turistas, trabajadores de limpieza y mantenimiento, dueños de farmacias o venta de comida de la zona.
- Los solicitantes deben quedarse como mínimo 5 años en el pueblo
Condiciones del lugar
El pueblo se encuentra a 90 minutos en auto de Roma, capital italiana. El aeropuerto más cercano es el de Pescara, que también está a 90 minutos en vehículo.
Los residentes estarán viviendo en la base de las montañas, cosa que hará más difícil moverse durante el invierno, pero se encontrarán viviendo alejados del ajetreo común de esas fechas que tienen las grandes ciudades.
Juan Afonso
