Centenares de policías en EE.UU. piden perdón con rodilla en el suelo

Este gesto, aplaudido por muchos por su simbología, también ha sido tachado de "insuficiente" y "teatral" por manifestantes y críticos del cuerpo de seguridad

Con una rodilla en el suelo, rostros afligidos y gestos de disculpa. Así han tratado de pedir perdón un centenar de policías en EE.UU. durante la oleada de protestas tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un agente de Mineápolis.

Las ciudades de Los Ángeles (California), Portland (Oregón), Miami (Florida), Santa Cruz (California), Nueva York, Des Moines (Iowa) y Washington D.C., entre otros lugares, han sido escenario de episodios de este tipo, en los que los agentes de policía han intentado solidarizarse con los manifestantes y protestar contra una violencia policial contra las minorías que parece endémica en este país.

Este gesto, aplaudido por muchos por su simbología, también ha sido tachado de "insuficiente" y "teatral" por manifestantes y críticos de la policía, tanto en declaraciones a medios locales como en redes sociales.

Una de las imágenes más populares de las últimas horas la protagonizó el jefe del Departamento de Policía de Santa Cruz, Andrew Mills, blanco y uniformado, al arrodillarse al lado del alcalde de esa urbe, Justin Cummings, negro, durante una de las manifestaciones convocadas en esa ciudad, a unos 120 kilómetros (75 millas) al sur de San Francisco.

"Necesitaba enviar un mensaje a la comunidad y a nuestros agentes: el racismo, el abuso y el asesinato policiales son absolutamente horribles y no deben tener cabida en nuestros departamentos", señaló Mills.

Ese jefe de policía, con más de 40 años de carrera, dijo que se sintió "horrorizado" al ver las imágenes del "asesinato" de Floyd a manos de Derek Chauvin, ahora exagente de la Policía de Mineápolis y bajo custodia policial.

Así, Mills calificó de "horrible" la técnica que usó Chauvin para inmovilizar y, luego, asesinar a Floyd, que murió asfixiado por la presión de la rodilla del agente sobre su cuello después de repetir varias veces que no podía respirar.

En Los Ángeles, un grupo de policías también se arrodilló esta semana junto al alcalde de esa ciudad, Eric Garcetti, durante unas protestas convocadas enfrente de su residencia gubernamental.

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