Boris Johnson rechazó el derribo de la estatua de Winston Churchill

El Primer Ministro británico se refirió a las marchas contra el racismo en donde se suscitaron hechos de vandalismo

El primer ministro británico, Boris Johnson se refirió este viernes a la violencia durante algunas manifestaciones contra el racismo que tuvieron lugar en varios puntos del Reino Unido y que tuvieron como resultado la destrucción de estatuas de diferentes figuras del pasado entre los que se encontraba Winston Churchill. El actual mandatario defendió al líder conservador quien condujo a la liberación de Europa de la tiranía nazi durante la Segunda Guerra Mundial y al que calificó como un “héroe que merece enteramente su monumento".

“La estatua de Winston Churchill en Parliament Square es un recordatorio permanente de su logro al salvar a este país, y a toda Europa, de una tiranía fascista y racista. Es absurdo y vergonzoso que este monumento nacional esté hoy en riesgo de ser atacado por manifestantes violentos. Sí, a veces expresó opiniones que eran y son inaceptables para nosotros hoy, pero era un héroe y merece su monumento”, resaltó Johnson en una serie de tuits sobre el mediodía inglés.

El Primer Ministro hizo referencia a los recientes desmanes que sucedieron en Londres y que terminaron con varios de esas estatuas destrozadas, pintadas con insultos y hasta lanzadas al agua del río Thames, en el marco de las manifestaciones del Black Lives Matters.

Algunos de los activistas tomaron declaraciones racistas de Churchill y decidieron ponerlo en la mira de sus demandas. En los Estados Unidos, donde las marchas comenzaron por el asesinato de George Floyd en Minneápolis, Minnesota, también tomaron medidas similares al destruir aquellos sitios donde se honraba la memoria de soldados confederados o traficantes de esclavos.

“No podemos ahora intentar editar o censurar nuestro pasado. No podemos pretender tener una historia diferente. Las estatuas en nuestras ciudades y pueblos fueron levantadas por generaciones anteriores. Tenían diferentes perspectivas, diferentes interpretaciones de lo correcto y lo incorrecto. Pero esas estatuas nos enseñan sobre nuestro pasado, con todas sus fallas. Derribarlos sería mentir sobre nuestra historia y empobrecer la educación de las generaciones venideras”, expresó Johnson.

Johnson señaló que se mostraba a favor de las protestas y que su país había hecho mucho por terminar con las prácticas racistas, aunque reconoció que todavía quedaba mucho trabajo por hacer. “En cuanto a las manifestaciones planificadas, todos entendemos los legítimos sentimientos de indignación por lo que sucedió en Minnesota y el deseo legítimo de protestar contra la discriminación. Independientemente del progreso que este país haya logrado en la lucha contra el racismo -y que ha sido enorme-, todos reconocemos que hay mucho más trabajo por hacer”.

“Pero está claro que las protestas han sido secuestradas tristemente por extremistas que intentan la violencia. Los ataques a la policía y los actos de violencia indiscriminados que hemos presenciado durante la última semana son intolerables y aborrecibles. El único curso de acción responsable es mantenerse alejado de estas protestas”, concluyó el primer ministro.

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