América se contagia de la alegría del carnaval

Cada país tiene sus tradiciones en estas fiestas.

Desde Bolivia hasta Montevideo y con parada especial en Río de Janeiro, América se "prende" con el carnaval, donde los timbales y los colores sobresalen justo antes de la reflexión cuaresmal.

Un carnaval inolvidable

Si bien la tradición del carnaval nació en Europa, fue en América donde adquirió un sello único. A las máscaras y la alegría venecianas se le sumaron el ingenio indígena y el sabor afro, haciendo de la fiesta algo totalmente nuevo, más vistoso, más grande.

Río de Janeiro, Brasil, reunió todos esos ingredientes y desde los tiempos de la dominación portuguesa desarrolló en sus calles una festividad que se vino a "organizar" en 1932, año en el que se dio inicio a un campeonato de escuelas de samba.

Desde el pasado viernes 21 de febrero han desfilado 12 escuelas del Grupo Especial y 14 del Grupo de Acceso. Primera y segunda división, como en el fútbol, la otra gran pasión brasileña.

Pero no todo el carnaval en Brasil es Río. Desde hace algunos años se han comenzado a ver más festividades como la de Sao Paulo, pero la de Bahía tiene un sabor especial.


El que no cante en Barranquilla no estuvo en su carnaval

“Ay Joselito Joselitoooooo”, es el llanto de los barranquilleros al enterrar a "Joselito Carnaval" en el último día de carnaval, como sucede en otras latitudes con el "Entierro de la sardina".

El Carnaval de Barranquilla, Colombia, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, es el evento marcado en el calendario de festividades, por todo el colorido y el folclore desparramado en las calles de esta ciudad caribeña.

Transcurre en febrero, pero la "Arenosa", como también se le dice a Barranquilla, lo vive desde enero con la Lectura del Bando, evento en el que la recién nombrada reina del carnaval decreta el "desborde de alegría" en la ciudad.

El penúltimo viernes antes del sábado de carnaval se lleva a cabo la Guacherna, un desfile nocturno con comparsas y tamboras que se constituye en el mejor preámbulo a la gran fiesta, que tiene en el desfile de la Batalla de Flores su máxima expresión, y que terminará este año, este marte 25 de febrero, cuando ya haya que "inhumar" a Joselito.

Cada ciudad tiene su particularidad


El estribillo de "Adiós Juventud", canción de Jaime Roos, describe lo que se siente, no solo en las calles de Montevideo sino en las de todo Uruguay, en un carnaval con un sonido muy propio: el de las murgas.

Las voces alineadas, los tambores, las vestimentas bufonescas que se asemejan a los usos venecianos y la disciplina en los movimientos hacen de las murgas un espectáculo único en el mundo, con exponentes como "Falta y Resto" y "Agarrate Catalina" que lo proyectan a nivel mundial.

El otro sello del carnaval uruguayo, es el candombe, un ritmo que, traído por los esclavos africanos a las costas del Río de la Plata en el siglo XVIII, se hizo un lugar en Uruguay al lado de los bailes charrúas, chañás y gueñoas.

Bolivia es representada con la danza

Pases y compases, alegres batallas entre el bien el mal, entre diablos y ángeles, amenizan el ambiente en las calles de la capital minera de Bolivia, en una festividad que mezcla el sincretismo del mundo indígena andino con la tradición católica europea.

De ronda en ronda, figuras demoníacas y celestiales se mueven en una armonía casi perfecta en rituales plenos de ornamento, en los que se rinde tributo a la deidad-diablo Wari, el "Guardián de la Mina" que, según la leyenda, y por la fuerza del arrepentimiento de sus pecados, se convirtió en devoto de la Virgen de la Candelaria.

Los ecos del Carnaval de Oruro, que este año se desarrolla entre el 15 y el 25 de febrero y que fue declarado en el 2001 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por parte de la Unesco, no solamente se oyen en Bolivia, y podría decirse que todo el mundo centroandino se ve muy influenciado por esta festividad.

Eventos de características similares se llevan a cabo desde el suroriente del Perú, como los de Juliaca y Puno, hasta los de Salta, en el norte de Argentina.

Venezuela no se queda atrás

Son muchas de las ciudades de Venezuela que celebran el Carnaval, como lo es Anzoátegui, el calipso, los colores y el baile caracterizan los días carnestolendos en esta entidad.

Bolívar, Sucre y Monagas, también hacen sus desfiles durante el carnaval, exhibiendo trajes excelentemente elaborados, acompañadas de hermosas carrosas, sambas, calipso y timbales.

 

EFE/REDACCIÓN

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