Cuarenta y nueve periodistas fueron asesinados en el mundo en 2019, de ellos 14 en América Latina, según el balance anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
La organización subraya que “aunque el periodismo sigue siendo una profesión peligrosa, el número de muertos es el más bajo en 16 años”, reseñó la AFP.
Esta cifra “históricamente baja” en comparación con la media de 80 muertos registrada en los dos últimos años refleja sobre todo la reducción del número de periodistas muertos en conflictos armados (Yemen, Siria y Afganistán), explicó RSF.
México es de lejos el lugar más peligroso para el ejercicio del periodismo.
De los 14 profesionales de la comunicación asesinados en América Latina, 10 se produjeron en México (2 en Honduras, 1 en Colombia y 1 en Haití).
Además, la probabilidad de que los patrocinadores de estos asesinatos sean juzgados es casi nula, pues el país tiene una tasa de impunidad superior al 90%, recuerda RSF.
El informe anual que RSF elabora desde 1995, cita los asesinatos de la periodista Norma Garabia Sarduza y el de su colega Francisco Romero Díaz, que son “particularmente sintomáticos de la ineficacia de las autoridades mexicanas a frenar esta espiral de violencia contra la prensa”.
La primera había reclamado protección y el segundo beneficiaba de medidas de seguridad.
Honduras, con dos periodistas abatidos en plena luz del día, “está también superada por la corrupción y el crimen organizado y Colombia se enfrenta de nuevo a sus viejos demonios”, después de una relativa tregua tras la firma de los acuerdos de paz en 2016, constata RSF.
El realizador y documentalista colombiano Mauricio Lezama fue asesinado cuando realizaba un documental sobre las víctimas del conflicto armado.
Haití, que había conocido un largo periodo de calma, volvió a las páginas de los informes de RSF en el verano de 2018.
